Anda que manda
güevos, que diría Trillo, últimamente
muy recordado, seguido y admirado por el Gobierno
de elPresi Sánchez. Se pensaba la
vicepresidenta Calvo que era la Iglesia la que topaba con ella, en vez
de al revés, como es lo normal. Y como así ha sido. El Vaticano ha tenido que salirle al paso después de su mentira, y
gorda, tras el encuentro que mantuvo con el cardenal Parolin, mano derecha del Santo
Padre argentino, oigan, como el podemita Echenique, que protege su casa con el anuncio de un perro
peligroso, pero sin decir la marca, del perro, por supuesto. No sabe laVice que
dios escribe recto con renglones torcidos.