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sábado, 25 de septiembre de 2021

Todo marranico tiene su San Martín

A todo cerdo le llega su San Martín, como a todo delincuente le llegará la hora de enfrentarse a la Justicia. Al indecente anormal catalán, delincuente huido de la Justicia española le llegará su día. Claro que le llegará, pese a los impedimentos que está poniendo elPrepotente para que eso no se produzca. No, al menos, mientras está negociando con el independentista, el señor Aragonés, la manera más vil de llevar la traición, a España. Él, sus socios los comunistas, los independentistas-golpistas, los independentistas de laPeneUve -los que siempre traicionan- y los terroristas. Putada para Sánchez como el día cuatro de octubre como a la jueza de Cerdeña le de por extraditar al loco delincuente separatista. Lo que no parece probable, como tampoco increíble.

Miren, es como lo que le ha sucedido al payaso comunista. El exviceprimero del Gobierno socialcomunista. Asistía todo orondo , tipo estrella de jolibú, a un acto del centenario del Partido Comunista, cuando los suyos propios le han proporcionado gratuitamente un escrache de los que hacen historia. Le increpaban los suyos, no sin razón, que en dónde estaban el cambio y el progreso. Por supuesto no respondió y mientras esperaba que sus escoltas -que son muchos- y el servicio de seguridad echaran del lugar a los escracheadores, se limitó a calificarlos de provocadores. ¡Menudo hombre de Estado teníamos!

Pues, coñe, el cambio y el progreso están en que el payaso comunista se dejó coleta, luego un moño y luego se quitó el moño-nido. ¡He ahí el cambio! Y el progreso, pues evidente. Pasó de vivir en una modesta vivienda -concedida a su madre- de protección oficial, en el barrio de Vallecas a un casoplón en el pueblo madrileño de Galapagar, junto a la sierra. Ahora, nadie se atreve a decir en dónde vive ni con quién. Pero, cambio ha habido y progreso también, pero para él. A los demás que los zurzan. Pero, velahí, tiene todavía la desvergüenza de presentarse ante sus camaradas comunistas, como si todo fuera igual y calificar a los díscolos de provocadores.

Al payaso comunista se la suda todo. Como se la suda a la alcaldesa comunista de Barcelona, laPescadera. Ahora viene la señora negando que los catalanes sean así. Bien sabía ella lo que iba a suceder. Ya había ordenado ella blindar la plaza del ayuntamiento, para que no la abuchearan como en el barrio de Sans, en el acto de inauguración de las fiestas de las mercedes. Sería el segundo escrache que sufriría en menos de un mes. Pero a la gente le dio igual, porque se divirtió de lo lindo, lo mismo a lo que nos tienen acostumbrados los independentistas, los de la revolución de las sonrisas.

Reconoció laPescadera un botellón de 50.000 personas. Si ella reconoce esa cifra, cuenten que había más de 60.000. Un botellón, ya digo, de la amabilidad: más de veinte detenidos, más de una decena de heridos por arma blanca, carreras, peleas, actos vandálicos y de saqueo. Vamos, que todo en un ratico, como los de la revolución de las sonrisas. Los mocetes de la escuadra estarían tomando cañas.