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Así que en esas estamos. Los del Sindicato Unificado de Policía (SUP) acusan al Gobierno socialcomunista de falta de transparencia y de provocar el "efecto llamada", que atraiga a más migrantes a las costas española, tanto de la Península como de las islas, principalmente las Canarias. El ministro de Migraciones, por su parte, Escrivá, acusa a los policías de xenofobia -muy gorda, esa- por preguntar si a los migrantes se les hace la prueba del PCR que pueda detectar si estos están contagiados de coronavirus, sobre todo cuando estos son trasladados a la Península. Ahí está, precisamente, el fondo del problema: el traslado de esos migrantes en varios vuelos a diferentes ciudades.
Porque eso parece, que Marlaska, el de los Interiores, ha aprovechado el largo puente festivo para trasladar migrantes llegados en pateras a las Canarias a varias ciudades españolas, donde parece que los ha dejado tirados. ¡Como no aclara, no se sabe! Cádiz, Málaga, Sevilla, Alicante, Valencia, Zaragoza, Barcelona, Madrid y Granada parece que son las ciudades afectadas por la llegada, sin aviso previo de estos migrantes. En especial, la llegada a Granada ha debido ser algo inenarrable, más que nada por el oscurantismo del traslado. Vamos que ni Calvé ni Marlaska aclaran los pormenores del traslado de los migrantes a esta ciudad.
Lo que sí parece más que cierto es que de Canarias están llegando a la Península algunos centenares de los migrantes que lograron entrar por mar a las Canarias procedentes de África y todavía no está claro -o al menos no han informado con precisión los ministros implicados, Marlaska y Calvé- dónde y en qué circunstancias desarrollan el día a día en estas ciudades. Pero, sin duda, no están muy equivocados los policías cuando acusan al Gobierno de provocar el "efecto llamada". Las Canarias significan para los migrantes lugar de destino como primera puerta a la entrada a Europa, mientras que su traslado a la Península es el pasillo por el que poder trasladarse por toda la Unión Europea, no solo por España.
Es cierto, también, que la mayor parte de estos migrantes han abandonado sus respectivos países, y a sus familias, en busca de una vida mejor. Han sufrido penalidades, muchas de ellas impuestas por las mafias que los trasladan. Pero, no es menos cierto que la migración masiva es un problema de toda la Unión Europea, no solo de España, que habría que zanjar desde los países de origen. Sin embargo, el Gobierno socialcomunista es incapaz de comprometer a toda la Unión en la búsqueda de soluciones.
Así que así estamos. Con otro problema encima, que a ver cómo lo resuelve Sánchez, porque sus socios de coalición dicen que se están cansando, que están "perdiendo la paciencia". Sí, señor, así lo expresa el presidente del grupo parlamentario en el Congreso del partido del payaso comunista. Y todo, porque el Gobierno socialcomunista -del que también forman parte los del payaso- quieren el indulto para los golpistas, para Junqueras y su tropa. Están ansiosos los podemíticos, tienen ganas de ver en la calle a los delincuentes esos, que no son políticos, sino chorizos que aprovecharon estar en política para delinquir. Es que el podemita Sens confunde la velocidad con el tocino. Acaso, las churras con las merinas. Ni es hombre de campo ni sabe ni entiende de letras; mejor se "culturizaba" en el más amplio sentido.