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martes, 23 de julio de 2019

Cuestión de Estado

Claro que claro. La pena es no poder estar todo el tiempo, no digo ya en la tribuna de invitados del Congreso, sino en el sofá viendo y escuchando por la tele el debate, pero sin hacer ni puñetero caso a los comentaristas, que mejor se callaban. Sobre todo por ver algunos momentos y a algunos elementos. Sánchez, a lo suyo, sin mayor importancia; el comunista de extrema izquierda, elPabloManué, a lo suyo y a lo de los demás, que, si puede, se lo lleva para el casoplón de Galapagar; este era el que iba a barrer la casta, para ponerse él, por supuesto. Evidente. Ya lo hemos visto.