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martes, 22 de septiembre de 2020

El payaso odiador profesional

¡De dónde habrá sacado este tipo tanto odio! ¡Laparió! Es malo, muy malo. Mala persona. En lo tocante a hacer daño, ahí está él el primero, voluntario. Debe pensar, si es que lo hace de manera racional, que el ser elViceSegundo del Gobierno de España le da al payaso comunista derecho a todo. Si algún ingenuo dudaba de su manifiesto odio, aversión y asco por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, incluyendo en estos a las Fuerzas Armadas, el Ejército, después de los últimos exabruptos del comunista contra todos estos cuerpos se habrá convencido de que, efectivamente, respira odio, mucho odio. Paradójicamente, son los miembros de estos cuerpos los que día y noche lo protegen a él y a su familia custodiando su casoplón de Galapagar.

Todo ello viene a corroborar su patética alegría cuando ve a uno de estos miembros policiales pateado por la chusma, por los sus podemitas. Solo le falta echarle unos cuantos esputos cuando flanquea la puerta de su magnífica finca. Porque, aunque quiera engañarnos con lo que es evidente, vive como lo mejorcito de la casta. Huyó de Vallecas a Galapagar, con la excajera de supermercado, a la que ha llevado al ministerio de Igualdad. Entre ambos brincan los diez mil euros al mes por los cargos que ocupan en sus respectivos ministerios. Pero, sigue odiando el payaso comunista. Odia casi todo y a casi todos y, si no, los que no están con él son sus enemigos. ¡Odio del tipo este!

Se regodea el payaso este ante las cámaras de la TVE1, la suya, su tele particular, afirmando que para frenar la nueva ola del coronavirus lo que se precisa es "más médicos, más rastreadores; no policías y militares". Bien, pues muy bien. Ya puede empezar desde el Gobierno a contratar más personal sanitario, si es que lo encuentra, porque mucho médico y mucha enfermera se han marchado ya de España a los países de la Unión, en donde son valorados en su justa medida y les pagan como debe ser. Aquí, nos gastamos los recursos y el dinero en formarlos para que luego se vean obligados a desarrollar la profesión en el extranjero. Pero, no solo sucede eso con los sanitarios, también en otras muchas profesiones, desgraciadamente.

Semejante aserto del payaso comunista es de sonrojo ajeno. Quienes le salvaron el culo en su nefasta gestión de la pandemia en las residencias de ancianos fueron los militares, la Unidad Militar de Emergencia -la UME- y quienes velan para que cumplan las normas de la autoridad sanitaria son los policías, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Es un vil mentecato y un canalla el payaso comunista. No es de extrañar que él mismo se haya definido como payaso comunista Jócker. Pero, con muy mala entraña, el hijo de su padre.

Es el payaso, lo recordamos, un guerracivilista, revanchista de mierda. Ahora, quiere dividir Madrid, entre ricos y pobres, entre confinados parcialmente y ciudadanos en libertad. Él se encuentra en la zona privilegiada de Galapagar, custodiado y escudado, donde, si fuera preciso, los agentes del orden matarían a cañonazos al virus con tal de protegerlo. Mientras tanto, ya mueve desde el casoplón a los vecinos de los barrios y pueblos confinados para que se manifiesten contra la política sanitaria de la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), manifestación que apoyan los impresentables dirigentes de los sindicatos UGT y CC.OO, que no todos los sindicalistas. 

Los de laPesoé dicen ahora que abandonan el apoyo a la manifestación contra la pepera Ayuso. Pero, no por apoyo, y unión, como decía ayer elPresiSánchez, sino por evitar contagios, como los hubo en las manifestaciones del 8M. Una manera de reconocer su gran fallo de entonces. Al payaso comunista le da igual que se contagien los confinados; al fin y al cabo, piensa, aunque vive odiando, son proletarios. ¡Qué más da! Él es ya de Galapagar, de la casta.

Pero, la intención del payaso de dividir Madrid no puede asustar ni extrañar a nadie. El payaso quiere romper España. Esa es su intención, con la ayuda de golpistas, independentistas y los terroristas etarras -amigos suyos del alma, compañeros-. Quiere el payaso, no lo oculta, implantar la República, aunque para ello tenga que hacer las convocatorias guerracivilistas. Sus ataques a la Monarquía son constantes y vergonzosos. ¡Acaso quiera hacer reina a la excajera de supermercado! De hecho, el Gobierno socialcomunista debe una explicación a todo el país de por qué el Rey, Felipe VI, no acudirá a Barcelona a entregar, como es costumbre, los despachos a los nuevos jueces que han finalizado sus estudios en la Escuela Judicial. Sí estarán el ministro de Justicia, la "fiscala" general del Estado y las cúpulas de los organismos judiciales.