¡Quietos
todos “paraos”! Llegó ya nuestra señora del dolor, laSeñáManuela. A esta no le hacen falta festivos ni leches para
cogerse un puente, que se ha convertido en acueducto. Anda que desde que se
produjeron los altercados de Lavapiés,
tras setenta y dos horas pasadas, ha dicho que aquí está ya ella, que, como ha
sido juez –o jueza, vaya usted a saber- se ha tomado el tiempo preceptivo –qué menos-
que el que se le da a un detenido para estar velando en capilla antes de pasar
a ver a Su Señoría.