El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, ha dicho que no al
pacto electoral entre los podemitas de elBarredor, Pablo Manuel Iglesias, y la
Izquierda Unida, de Alberto Garzón. ¡Olé tus pelotillas, Paco! Porque el que se
oponga Gaspar Llamazares, no deja de ser importante por su relevancia y carisma
-que de poco le ha servido-, pero ya tiene todos los deberes hechos. Sin
embargo, que el díscolo sea un humilde alcalde, de una humilde provincia como
Zamora, tiene su aquel y su riesgo, porque es un tipo joven, con mucha carrera
por delante.
El órdago que el munícipe zamorano le ha echado a Garzón es
probable que le pueda costar muy caro en un futuro. Estoy seguro de que Paco
está convencido de que más se perdió en Cuba y que Zamora no se ganó en una
hora, que a él le ha costado años de concejalillo en la oposición, casi en
solitario, hasta que, por fin, los de laPesoé -más divididos que un átomo- lo
pactaron con él y, ale, alcalde de la ciudad “bien cercada”. Ni los unos, de
Antonio Plaza, ni los otros, de Paco Guarido, ganaron las municipales. Juntos
conquistaron en menos de una hora lo que no logró Almanzor en años, dejando en la
estacada a la pepera Clara San Damián. Guarido se convertía así en el único
alcalde de capital de provincia de su formación de izquierdas, en un feudo que parecía de por vida del
pepé. De poco le ha servido, porque su partido lo ha ninguneado, como elBarredor ninguneó a Garzón en las elecciones del 20D. los de Garzón en las anteriores elecciones del 20D.
El zamorano está de un cabreo subido. Y razón no le falta.
¡Hombre por Dios! Ni al que asó la manteca -en su momento de mayor enajenación
mental- se le hubiera ocurrido poner a votación algo -en este caso un pacto entre
dos partidos- sin ni tan siquiera saber a qué acuerdos se va a votar. Pero,
miren, eso da igual, a lo que se ve. Hay que votar y punto y vale y punto, que eso del
punto se lleva mucho y resulta muy convincente entre los de la izquierda, y si
no que se lo pregunten a Tania Sánchez, aunque ahora sea podemita, más por interés que por convencimiento.
Así y todo, el referéndum entre las bases de los
izquierdosos del Garzón se lo ha llevado de calle el jefe, con un ochenta y
cuatro por ciento de los votos. El Caballo de Troya -con la aquiescencia del
histórico Cayo Lara- ha traspasado las murallas, menos las de Zamora, aunque su
alcalde Guarido desespere, como en su día Arias Gonzalo cuando veía cómo
perdía uno a uno a sus hijos, porque no entiende que se pueda votar algo que
se está negociando y que no se sabe qué es. Pues, lógico. Las bases podemitas
también votarán, pero para entonces ya se sabrá el qué, que en estos momentos
se negocia en el más absoluto de los secretos.
Tampoco estará muy allá, digo de alegre, el líder de laPesoé,
si el pacto de izquierdas -Podemos-Unidad Popular- se hace realidad. ElPedroQué
ya estará con lo de las cifras, a ver si le salen las cuentas: si los podemitas obtuvieron cinco millones de
votos el 20D y los de elGarzón un millón, suman un total de seis millones.
Entonces, si laPesoé superó a los podemotas por tan sólo trescientos mil votos,
las cosas claras y el chocolate espeso. Los fagocitos planean sobre la corona
del santo varón de laPesoé, tanto como por la sesera de la lozana andaluzzza y del
alcalde de Zamora, a saberse.