Más le vale al gallego Feijóo cerrar la boca, para que no le entren moscas o le caiga el pavo dentro. Al igual que a los sorayos -los de Sáenz de Santa María-, que ya tenían previsto el asalto al poder pepero si las circunstancias les eran favorables y contrarias a Pablo Casado. El gallego, ya ven, la ha cagado en Galicia, después de tanto piarla o, más bien, de tanto tirar la piedra y esconder la mano o de subir pero no bajar, de decir que bajaba pero subía. Punto en boca. Lo de los sorayistas son el zorrón en el interior del gallinero.