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lunes, 30 de agosto de 2021

El payaso comunista y sus puertas giratorias

Este Gobierno de esta España mía, de esta España nuestra más que un Gobierno parece un circo. Con varias pistas. Una para cada payaso. Resulta que no tenemos bastantes problemas en nuestra vida diaria, como, por ejemplo, el aumento del índice de la vida, propiciado por el tarifazo eléctrico, como para que venga ahora una excajera de supermercado a querer sacarnos los colores. Pues, miren, no lo ha conseguido. La pobre ministra de Igualdad, la comunista analfabeta, sí, laMontera, laMontero, laMontere nos compara, o más bien equipara el tratamiento que los talibanes dan a las mujeres con el que reciben las mujeres en España.

¡La parió! ¡Será en su casa! Y, del cliente del supermercado donde esta levantá de cascos ejerció de cajera, repasaría todos los tiques de la compra por ver resultados. ¡Ya me entienden! Pero, de ser el empresario también. Esa cabeza hueca no sabe lo que dice. Es de las que confunde el culo con las témporas, las churras con las merinas y la velocidad con el tocino. Cada día los hay más así, lo que desemboca en verdaderos gilipollas, y ya tenemos tantos que nadie sabe en dónde colocarlos. Un lugar, parece que es en el gobierno socialcomunista. Lo peor de esta gente es que el número aumenta, aumenta, aumenta y duran tanto como las pilas del conejo. O de la liebre. A ver quién corre más o quién se agota antes.

A propósito de lo del tarifazo, que hoy se ha vuelto a batir récord, y mañana más, y el Gobierno reconoce que hasta diciembre, por lo menos, suma y sigue. ¡Hasta un veinticinco por ciento más que el año pasado! Así que ya nos podemos apretar el cinturón, o aflojarlo, depende de cómo nos lo alumbren. Mientras, la parte pesoísta del Gobierno rechaza fijar precios máximos y vuelve a culpar a las eléctricas de ir a lo suyo, como hace el Gobierno también.

En fin, que a lo que íbamos con el payaso y comunista, exvicepresidente de Gobierno de elPrepotente. Que qué valiente que ha renunciado a sus pagas que le correspondían por haber ocupado ese cargo. ¡Coñe, nos ha jodido! Bien se buscó antes de salir del Gobierno sus puertas giratorias. Ya sabíamos que iba a ejercer en una emisora independentista catalana de periodista -profesión de la que no tiene ni repajolera idea-, para hacer un periodismo crítico, que ya nos explicará en qué consiste eso. Hará también de investigador en otra universidad catalana. Imaginamos que lo mismo que su camarada Errejón, que cobró durante un año mil ochocientos euros mensuales de la Universidad de Málaga por no hacer nada. Continúan esperando allí el trabajo y las conclusiones del mismo. Ya pueden esperar sentados-

Pero, la verdadera puerta giratoria, la que tantas y tantas y cientos de veces denunció de otros políticos, la ha encontrado el payaso comunista en la cadena SER, cadena radiofónica a la que tan buen trato dio facilitándole a sus empleados tantas noticias en exclusiva. Eran las exclusivas que daban sus periodistas, los de la cadena, que todos sabíamos de dónde procedían. ¡Jeje! Pues la recompensa le ha llegado al payaso comunista, que ha entrado en la SER por la puerta grande, la giratoria, claro. 

Pero no le da vergüenza, el payaso comunista. No la tiene. Es de lo que predican que sus acólitos seguidores hagan lo que él les dice, pero que no hagan lo que él hace. Baste recordar que antes de montarse en el dolar con sus cargos políticos y la emisora patrocinada por Irán -en un  futuro lo será por los indepes catalanes, y, quién sabe, si algún día también por los indepes proetarras vascos- aseguraba que no saldría jamás del barrio de Vallecas. Velahí, se fue de extremo a extremo, a Galapagar, en plena sierra de Madrid -desde donde poder ver todos los días la cruz del Valle de los Caídos-, a una parcela con casa, casa de invitados y piscina para solaz de los niños. Sin comentarios. 

No obstante hay quien dice que ya no sigue allí, sino que vive en Valdelagua -urbanización mucho mejor que el chalet de Galapagar- y hay quien afirma que vive en una mansión en el centro de Madrid. Por mí puede vivir con quien le dé la real gana -que para eso estamos en una monarquía-, pero lo de pirarse de Vallecas es imperdonable.