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miércoles, 29 de abril de 2020

Un ridículo permanente

Joér, sorpresa, sorpresa. El confinado del comunista de La Moncloa ha reconocido por una vez -no se acostumbren- que el Gobierno ha podido cometer errores. Lo ha reconocido Sánchez en el Congreso de los Diputados. Pero, claro, acto seguido, ha añadido que con él se unan las autonomías, que también los han cometido. Es malo, el tío, pero malo, malo de toda maldad. No le quedaba más remedio a Sánchez, pese a su altanería y orgullo -que nadie sabe a cuenta de qué, ni de dónde le viene-, que amilanarse un poquito, aunque solo fuera poquito. La razón es sencilla: el personal se le está echando encima. Y lo sabe.