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jueves, 9 de julio de 2015

Un pacto de vergüenza ajena


Sí que me he quedado estupefacto; en verdad, lo reconozco, sí. El que los grupos municipales del ayuntamiento de Madrid hayan llegado a un acuerdo unánime parece del todo increíble, pero resulta inaudito que lo sea sobre insultos a víctimas de ETA y del Holocausto. Esto consiste en que los concejales que injurien a las víctimas del terrorismo y el Holocausto habrán de dimitir; pero, Zapata y Soto, no. Eso no se le ocurre ni al que asó la manteca: ni el susodicho pacto, ni mucho menos excluir de la conclusión a Zapata y a Soto, lo cual, y como dicen los políticos, no deja de ser un “indulto en diferido”.