Estábamos viéndolo venir, pero no por ello nos ha causado menos disgusto y desasosiego y frustración e indignación. Y mucho cabreo. Tres magistrados reunidos en Tribunal de la Audiencia Nacional han decretado la libertad para unos tipejos asesinos de la banda ETA, uno de ellos, Santi Potros, de los más sanguinarios de la nefasta historia de estos delincuentes; el otro, Plazaola Anduraga, un chorizo, inductor al asesinato. Mucho nos tememos que vendrán más liberaciones, varias.