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domingo, 12 de mayo de 2019

Un día tendremos que sentir

Hasta ahora, bastante poco. Pero, es probable que el día menos pensado nos encontremos con que los heridos leves de ahora se conviertan en muertos. Lo andan buscando los golpistas y los indepes, encabezados por el nazi y xenófobo presiente de la Generalidad, el guerra civilista que avala, incita y aplaude los "empujones" de los de Arram, los hijos putativos de las CUP; por cierto, formación mafiosa de la que forman parte algunos de sus familiares más allegados. Por ahora, como digo, sólo son refriegas; algún día, tendremos que sentir.
Es el caso que unos activistas de lo que se conoce como los autodenominados Grupos de Defensa y Resistencia (GDR) se trasladaron la localidad gerundense de Verges para hacer limpieza de banderas independentistas y lazos amarillos, colocados ambos símbolos en las farolas públicas de la localidad. Varios vecinos increparon a los de la Resistencia por su actitud y se armó la marimorena.
Los cronistas no han sido capaces de explicar -porque son unos incapaces- quiénes comenzaron la gresca, en la que resultaron heridas varias personas. Cuando los Mocetes de la Escuadra tomaron cartas en el asunto ya era tarde, porque los heridos se habían producido. Es curiosísimo esto de los mocetes, porque siempre que se les necesita -sobre todo para parrarle los pies a los indepes- no llegan o todos ellos están necesitados de tratamiento óptico. Como paradigma, el referéndum ilegal del UnoaCero.
Sí que parece que los mocetes informaban gratuitamente a los heridos que estaban en su derecho de presentar denuncia por las agresiones. Pero, seguimos sin saber quiénes son los heridos. El dato, ojo al mismo, podría ser esclarecedor del incidente violento. Parece ser que algunos vecinos del pueblo estaban indignados, porque no se respetaba sus libertad de expresión, refiriéndose a la colocación de banderas estrelladas y los lazos amarillos. Lógicamente, los de la Resistencia pensarían que quiénes son los indepes para ocupar gratuitamente un espacio público, con lo que, desde este punto de vista, serían los indepes los que estarían ocupando un lugar público con los símbolos que ofenden a los de la Resistencia.
En fin, unos por otros, la casa sin barrer. Los enfrentamientos, como hemos visto, no llegaron a producir heridos de gravedad. El día que se produzcan males mayores, todos a llorar. Entonces será cuando intervengan los jueces y fiscales, que hasta ahora han contemporizado con los indepes -no se sabe si por miedo o por qué- y les han permitido -junto con los políticos- ocupar descaradamente los lugares públicos. Lo mismo hizo el guerra civilista presidente de la Generalidad, hasta que le llamaron la atención, pero todavía continuamos esperando las consecuencias que el acto de desobedecer a la Junta Electoral Central acarrearán al mentecato. Seguramente, y desgraciadamente, ninguna. Ójala nos equivoquemos.