ElPuchi y el nazi, terroristas en estado puero

Si alguien se ha destaco en la jornada por hacer el ridículo ese no es otro que el ministro de los Interiores, el juez Marlaska. Anda Marlaska queriendo desagraviar su nombre, o sea autoblanquearse, tras la cena de hamburguesas en Chueca, mientras Barcelona ardía. Una noche más, como todas desde el lunes, día en que se conoció la sentencia amigable del Supremo contra los golpistas catalanes. El ministro Marlaska compareció a última hora de la tarde, aparentando más ser un "hombre del tiempo" que un ministro de los Interiores.