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lunes, 24 de mayo de 2021

Campo pretende blanquear a los golpistas

El ministro Campo, el de Justicia -el que algo tiene que ver con laMaricheli, presidenta del Congreso de los Diputados- no sabe ni entiende de letras y menos aún de sentimientos. Solo a un patán se le ocurre aconsejar a todo el país que veamos los indultos a los golpistas catalanes con naturalidad, como  que aquí no ha pasado nada de nada, y vuelta a empezar. Si a este semejante le parecen normales la desobediencia, la sedición y la malversación de fondos públicos, pues sí, será algo normal y todos los demás seremos anormales, subnormales o gilipollas. ¡Qué le vamos a hacer! Pero, mire, por más que nos quiera blanquear a los golpistas no lo va a conseguir. Ni sus señores papás se lo creen.

Si el Gobierno socialcomunista les concede el indulto a los golpìstas será su problema y nuestra preocupación. Su problema, porque resultará evidente que navega en contra de la corriente. Los fiscales del juicio a los golpistas no quieren oír hablar de ello, ni tan siquiera de concederles el Tercer Grado. La Abogacía del Estado, pese a sus actuaciones, solo se han pronunciado en cuanto al dinero público que los golpistas levantaron y que da por recuperado; pero, de indulto, nada han dicho todavía. El Supremo se pronunciará en breves, pero lo más seguro es que se oponga. Es que ni tan siquiera los propios afectados -excepto uno que lo ha rechazado de plano- han dicho estar a favor de la concesión, porque con ello sería admitir el delito y arrepentirse del mismo. Los golpistas ni reconocen que delinquieron ni se arrepienten.

En esa situación, ya me dirán. ElPrepotente quiere concedérselo de todas todas, porque, al fin y al cabo, son sus partidos -los de los delincuentes golpistas encarcelados, no políticos encarcelados- los que sostienen, entre otros, al actual gobierno Franquestein. Por tanto, no deja de ser , como referí, una preocupación para los ciudadanos, al ver cómo ellos se lo guisan y cómo ellos se lo comen, como si los españoles, a los que nos han atacado en la integridad y unidad de nuestro país y han prometido que continuarán haciéndolo, no pintamos para nada, solo para pagar impuestos, que luego ellos van -y ya lo están haciendo, por ejemplo con las embajadas- a malversar descaradamente.

Que no se moleste el señor ministro Campo, que para blanquear ya está la cal, con la que quedan muy blanquitas las paredes. Mejor se dedicaba el ministro Campo a su cometido ministerial y nos dejaba en paz, que para gilipollas ya estamos más que hartos. Márchese o, si no, váyase a misa o récese un rosario; eso , sí, con su compañera de Consejo de Ministros, sor Laya. Un rosario. El santo dios los reconfortaría y a nosotros nos libraría del mal. Amén.

Siga el señor Campo el ejemplo de elEnterrador Simón, que afirma estar muy cansado y muy harto de todo esto de la pandemia. ¡No quiere jugar ya más! Tan harto está de ser divo y de que lo paren por la calle para hablar que está deseando desembarazarse de su obligación y retirarse, aunque sea al desierto. Lo más importante es que quiere que nos olvidemos de él. ¡Como que se lo ha creído! De un personaje como este, que ha vivido de la mentira, que ha provocado la confusión y por ende muchos muertos, no va a ser fácil de olvidarse. Por más que se crea -y es que se lo cree- un imprescindible, tenga por seguro que no lo vamos a olvidar. La sombre del 8M, con cientos de manifestantes en las ciudades españolas y miles de contagiados del covid después, será muy difícil de olvidar.

Como tampoco la afición del Real Madrid, primero, y la de los demás aficionados también, no olvidarán la venganza del seleccionador nacional de fútbol, el catalanista Luis Enrique, sobre el Real Madrid. No ha seleccionado ni a un solo jugador de este equipo, que ha quedado subcampeón de la La Liga -sin contar las que ha ganado y otros muy importantes trofeos-. De entre los veinticuatro a los que ha seleccionado no cabía, no había sitio para un jugador del Real Madrid. Ha descartado a Sergio Ramos por sus lesiones. Muy discutible descarte; pero, podría haberlo suplido con Nacho, por ejemplo. Pero no, de toda la plantilla del Real Madrid no ha salvado ni a uno. Siempre fue envidioso Luis Enrique y barriobajero. Le llegó la ocasión de humillar al Madrid.