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Parece como que Casado tuviera más interés en posponer cuanto más mejor el congreso del partido en la Comunidad de Madrid que trizar al Gobierno de España, por supuesto con su presidente al frente, por su inoperatividad ante la pandemia del virus que se nos vino encima. Las declaraciones de la vicepresidenta comunista Yolanda Díaz le han brindado a laPepé una ocasión que no por inesperada es menos enorme para desenmascarar a elBandido Prepotente y a toda su banda ministerial. Pero, parece que solo van a pedir los peperos una comisión de investigación en el Congreso y que la Fiscalía actúe de oficio. Lo más probable es que ni lo uno ni lo otro lleguen a buen término. La formación de la Comisión la echarán para atrás laPesoé y sus socios de gobierno, los comunistas, y los aliados de la Investidura y de la aprobación de Presupuestos. Es decir los golpistas catalanes, los independentistas de laPeneUve, los terroristas etarras y el grupúsculo de partidos diminutos, pero que cuentan. Lo de pedir la dimisión de todo el Gobierno de España ya ni se lo platean.
Miren, por contra, la vicepresidenta comunista Díaz, sale hoy con toda su cara a decir que la oposición de derechas -laPepe, Vox y Cs- están haciendo una montaña de un grano de arena. O sea que el hecho de que ella haya declarado que el Gobierno conocía la gravedad de la pandemia a mediados de febrero y que ella reuniera a su equipo y elaborara una guía de actuación para los trabajadores y que en el propio gobierno la tacharan de alarmista es un grano de arena. Se celebraron las manifestaciones del 8M -a las que animó a acudir elEnterrador Simón, aunque ella, lista, no participó en ninguna- y después se sucedió todo lo demás. Del que acaso tuviéramos uno o dos contagiados a los miles y miles de contagiados y a los más de cien mil fallecidos, aunque oficialmente el Gobierno reconoce poco más de ochenta mil, que, así y todo ya está bien. Es que, claro, no se tomaron medidas porque la viceministra era una alarmista.
Ahora que resulta curioso que la viceministra haga estas explosivas declaraciones, que en cualquier otro país habían tumbado ya un Gobierno, y luego ella misma acuse a los demás de hacer una montaña por nada. ¡Coño por nada! La cuestión es pensar qué es lo que persigue la viceministra comunista con su actitud. Hay quien sospecha que se explayó en la entrevista donde las realizó y que cayó como una ingenua. Ni cayó, ni calló, no, que bien de eco han tenido sus palabras. Y ella lo sabía. Para otros, ha sido una venganza contra elBandido Pepotente por negociar la reforma laboral con la patronal, más en concreto con la CEOE de Garamendi. Lo que sí es cierto, y lo confirman quien la conocen desde cuando comenzó en política en su tierra natal, laYoli tenía ambiciones, y, miren, ahí está formando parte del Gobierno de España. De todas formas, no hay que olvidarlo, es gallega. El tiempo nos dirá si sube o baja. O se columpia.