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Que sí, hombre, que sí, que estos delincuentes no merecen estar en la calle. Solo están en libertad por la voluntad traicionera y de alta traición de elPrepotente socialista. Los golpistas catalanes estaban condenados a prisión, y bien condenados, algunos hasta a trece años por un Golpe de Estado y malversación de fondos públicos. ElPrepotente los necesita, necesita a los partidos que los mantienen, porque si no no podría sacar adelante sus proyectos malévolos para España. Dijeron los golpistas que se pasaban los indultos por donde ya saben, pero en cuanto el socialista se los dio, traicionando a toda España, bien que se acogieron a ellos. Entonces ya no nos metíamos el perdón por donde nos cupiera.
Además de golpistas, incoherentes con su propia ideología. Han sido incapaces de renunciar a esos indultos, y, es más, ya nos advirtieron, incluso delante del tribunal que los juzgaba que lo volverían a hacer. O sea, que de arrepentimiento -imprescindible para recibir un indulto- nada de nada. Esta tarde noche el impresentable golpista Criixart ha vuelto a repetirlo en público, con testigos, con muchos, en su pregón -o lo que fueriese- de las fiestas del barrio barcelonés de Gracia.
El golpista ha instigado a los barceloneses a "no renunciar nunca al sueño compartido, a la victoria, a la libertad", en definitiva a "volverlo a hacer", a intentar de nuevo el Golpe de Estado Desde luego, la mamá de este energúmeno y las de los demás delincuentes golpistas debieron quedarse muy a gusto. Ya saben cuándo. Para qué decir más, si ellas no tuvieron la culpa. Estos nacieron y se hicieron golpistas. Pues, eso. Unos lo nacen y los otros se hacen. Al final, la vida sigue igual.
Pero, antes de su golpista discurso, Cuixart tuvo que intervenir desde el balcón del ayuntamiento para acallar la tremenda pitada con la que los barceloneses recibieron la comunista alcaldesa de la ciudad. Cuentan las criónicas que fue de tal intensidad y tan prolongada la pitada que laPescadera rompió a llorar. No es para menos. LaPescadera se pensaba que tenía a la ciudadanía metida en el bolsillo y hoy ha conocido la triste realidad: los barceloneses no la pueden ni ver.
No pueden ver a la comunista que acosa a la ciudadanía con impuestos, que los tiene cocidos, y se niega a la ampliación del aeropuerto de El Prat, que llevaría a la ciudad más de mil ochocientos puestos de trabajo directos y más del doble indirectos. ¡Estamos como para tirar cohetes! Más, sobre todo, cuando ven los barceloneses -y todos los catalanes, en general- que la Comunidad de Madrid mantiene impuestos más bajos y recauda más. No la soportan los barceloneses a laPescadera, teniendo enfrente a una popular Ayuso en Madrid, que le hace la vida más fácil a los ciudadanos, que les facilita la vida en lo que puede. La comunista Pescadera no tiene sitio y vergüenza. Debería darle vergüenza el llorar. No sabe aguantar el tipo y tiene que ser un golpista la que la defienda. Otra, la comunista, que no ha sabido defender lo suyo y lo de los demás, como el rey moro de Granada.