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lunes, 1 de junio de 2020

Una canallada, una ignominia

Esto es peor que una canallada. Sí, señor. La ministra de la "Igual dá", Irene Montero, cometió una verdadera ignominia para con todos los participantes en las manifestaciones feministas del 8M. Ella lo sabía, sabía del peligro que corrían todos -ella incluida, la esposa de elPresiSánchez y varias ministras-  por la peligrosidad de expansión del coronavirus, que ya para entonces causaba estragos en Italia, que, como diría laViceUno, Carmen Calvo, está más al Este y le llegaba antes. Ya se necesita ser tonta y correr el riesgo como lo corrió -y se contagió- laMontero, sabiendo a lo que se arriesgaba y, luego, reconocerlo y, después decirlo. No solo se puso en riesgo ella, sino que fue ella y el gobierno de coalición -junto con elEnterrador Simón- quienes pusieron en peligro de muerte a los miles de manifestantes en todas las provincias de España.