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Los mandatarios alemán -Merkel- y francés -Macrom- han interrumpido sus vacaciones a causa de la crisis en Afganistán -derrota occidental con la toma de Kabul por los talibanes-, mientras que Sánchez disfruta como un jabato de las suyas en Lanzarote. Biden, el presidente de los Estados Unidos, ciertamente, no las ha interrumpido de momento, pero ya ha anunciado una intervención pública para informar a los estadounidenses. Sánchez, elPrepotente, ni lo uno ni lo otro: ni interrumpe sus vacaciones ni informa a los españoles de nada. Pendiente tiene asuntos varios de los que pronunciarse, pero, pueden esperar. Tenemos que resignarnos los españoles.
Aquí continúa la brecha abierta en el gobierno socialcomunista con el tarifazo de la luz eléctrica, el traslado en frío de los menas de Ceuta a Marruecos y, cómo no, que también nos afecta, la toma del poder por parte de los talibanes en Afganistan. A España, a los que le incumba, no se le ocurre otra cosa que convocar una plaza de teleoperador para nuestra embajada en ese país. Resulta una coña marinera, dada la situación, la convocatoria de esta plaza, cuando lo que urge es sacar de Afganistán, repatriar a los trabajadores españoles de nuestra embajada y a los afganos -y sus familias, que corren el peligro de ser degolladas-, que han colaborado con las tropas españolas durante el tiempo que estas han estado en el país, ya propiedad de los talibanes.
El ministro de los Interiores, Marlaska, ha asegurado que todos ellos están ya en el aeropuerto de Kabul, un aeropuerto que ha calificado de seguro. De nuevo, Marlaska en el centro de la tragedia, equivocándose como siempre. El caos es total en ese aeropuerto, donde ya ha habido muertos -falta saber de qué nacionalidad- y continúan los disparos, que dicen que al aire, pero los que han fallecido no volaban. De nuevo un fallo estratégico del Gobierno español que ha tomado la medida del rescate demasiado tarde y mal, cuando era previsible que los rebeldes afganos se iban a adueñar en poco tiempo del país, a liberar a miles de terroristas y criminales y a imponer la dictadura, con venganzas y asesinatos y la anulación total de libertades.
También nos encontramos a Marlaska en la crisis España-Marruecos, con la devolución al país magrebí de los niños, los denominados menas, que aún permanecen en Ceuta desde la invasión de la ciudad española en el norte de África, en mayo. Los socios comunistas del Gobierno -Yolanda Díaz y laBelarra- ya han exigido a elPrepotente que pare y que ponga fin a estas devoluciones, que han calificado de totalmente ilegales. Nueva brecha en el gobierno de coalición socialcomunista, en la que se han inmiscuido los tribunales, que, oigan, se las traen. Mientras un juez permite esas devoluciones, un juzgado ha paralizado la entrega a Marruecos de quince menas. O sea que caos en el Gobierno y caos en la Justicia y caos en Afganistán.
Aunque parece que, al menos durante unos días, vamos a tener una relajación en el tarifazo, los comunistas del gobierno de elPrepotente, continúan exigiendo a Sánchez una solución, una bajada inminente en el recibo de la luz. Curiosamente, ellos, los comunistas que aseguraban en su programa que cuando llegaran al Gobierno esto se iba a solucionar -¡Ya han llegado!- lo único que proponen es la creación de una empresa estatal de la energía, al estilo de la fracasada y estúpida empresa que ha promovido laPescadera llorona en Barcelona. Una verdadera milonga. Una caca.
A todo esto, entramos, sin remedio, en la segunda quincena de agosto, mes en el que elPrepotente socialista continúa disfrutando de sus vacaciones, sin que ninguno de los problemas del país lo incomoden en lo más mínimo y sin que todavía sepamos por quién -aparte de su familia- está acompañado en el palacete que un rey moro le regaló al rey emérito, en Lanzarote.