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viernes, 9 de octubre de 2020

Solo le falta meter los tanques

En efecto, sí señor, por una vez y sin que sirva de precedente, tenía razón el siniestro ministro de Sanidad, Illa: la paciencia tiene un límite y el que no quiere ver no ve. El funerario Illa, por mandato del presidente del Gobierno socialcomunista, Sánchez, ha vuelto a decretar la toma de Madrid. ¡Por segunda vez! De nuevo confinados casi cinco millones de madrileños, menos a los que le dio tiempo a salir de la "quema". A la ministra de Educación, Celáa, no le hizo falta correr, porque una vez decretado el cierre de la capital del Reino se las piró en un avión a Bilbao. Bastante paciencia la de los madrileños que, esperaban, como poco, unas medidas consensuadas para combatir el virus y no una imposición dictatorial, al más puro estilo comunista.

Sánchez no ha dado ocasión para ello, para el consenso. Su chulería estaba herida tras el ridículo en el que lo dejó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. ¡Ahí se iba a quedar él, quieto "parao"! Oigan, que los que sí se han quedado prietas las filas recias marciales son los que se alzaron -la avanzadilla de las huestes socialcomunistas- con gran vehemencia y virulencia cuando la presidenta de la Comunidad, Ayuso, decretó el "cierre" por zonas y por barrios. ¡Coñe, "dóndeandarán", en dónde se habrán metido, que no dicen ni pío los muy canallas, y eso que la toma de Madrid se ha repetido! ¡Valientes paniaguados, guerracivilistas!

Resulta evidente que la segunda toma de Madrid, al igual que la primera, es un acto totalmente político, porque el Gobierno socialcomunista ha rechazado de plano cualquier tipo de acuerdo con el gobierno pepero-ciudadano de la Comunidad. No vale, no se sostiene la argumentación del funerario Illa que todo es por el bien y salud de la ciudadanía. Quizá sea necesario el cierre de Madrid, pero con consenso, no a las bravas, al asalto. No tiene vergüenza el funerario Illa al argumentar un estado de necesidad por la salud de los patriotas madrileños, cuando todavía el Gobierno del que forma parte solo ha reconocido treinta mil fallecidos por el virus, cuando ya las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) se acercan a los sesenta mil y más de ochocientos mil contagiados.

El funerario Illa tampoco reconoce la mala gestión del Gobierno socialcomunista con permitir y alentar las manifestaciones del 8M, que, puestos a "refranear" como él, de aquellos barros estos lodos. Tampoco se hace eco del fallo de un tribunal -ayer mismo- que culpa a los socialcomunistas del contagio del virus de cientos de sanitarios porque su Gobierno no los aprovisionó del material necesario. Tampoco hace alusión el funerario a que su Gobierno no cerró Cataluña, ni Aragón, ni Navarra cuando el número de contagiados así lo aconsejaba. Y miente el siniestro Illa -pareja inseparable de elEnterrador Simón- porque Sánchez y sus socios los comunistas se han negado a que todas las medidas que hubieran de tomarse lo fueran por consenso. Sánchez quiere adueñarse de Madrid, como sea, como él hace todas las cosas, como sea, que da igual, que aquí nadie dice ni hace nada. La oposición como si no existiera, como Teruel y Zamora.

Pero, ya es casualidad, coñe, que todo esto se produzca cuando el juez Castellón pide al Supremo que se juzgue a elViceDos del Gobierno socialcomunista, el payaso. Porque, es hasta para pensárselo que esto sea más que un cortinón de humo. En cualquier caso, la toma de Madrid por parte de Sánchez da un respiro al escandalazo que protagoniza el payaso comunista, que se ha enfrentado ya de forma desvergonzada y chulesca al Poder Judicial aduciendo que ni por la más remota idea se le pasa por la chola que puedan investigarlo los jueces. ¡A él que ha estado a punto de tocar el cielo con la punta de los dedos! ¡Anda ya! Pues, que se ande con pocas bromas que el asunto, los tres asuntos, por los que Castellón pide que lo investiguen tienen penas de prisión, hasta de nueve años.

No es de extrañar que el payaso comunista se refugie en su aforamiento -de lo que renegaba y echaba en cara al que hacía uso de ello; pero, cuando entonces no era casta-, porque el machote está cagao. Está a favor del indulto a los golpistas catalanes, por si en algún momento le toca a él pedirlo. Está a la defensiva y agresivo, mostrándose tal cual es: ha insultado a los jueces, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, al Ejército, a los periodistas que no le son afines y, sobre todo, al Rey, Felipe VI. El socialista presidente del Gobierno jamás lo contradice; es más, le presta su apoyo público de manera incondicional, cuando lo que tenía que haber hecho tras la petición del juez Castellón era expulsarlo del Gobierno, y sin honores. Pero, la realidad es que ambos persiguen un mismo fin: pretenden destruir España, quieren formar una "republiqueta".

De momento, el Gobierno socialcomunista tiene el puente para descansar: Sánchez en su espacioso palacio de La Moncloa  y el payaso comunista en su casoplón de Galapagar y la ministra Celáa -que se ha marchado de Madrid sin respetar el confinamiento- en alguna zona de las provincias vascas. Los madrileños aguantarán estos días como puedan. Porque es que Madrid ha vuelto a ser tomado por los socialcomunistas, y eso es más que conveniente no olvidarlo.