Después se fueron a tomar un par
de cañas, una pulguita y, algunos, un ansiolítico.
Nos hemos metido en el invierno. Nos han birlado el otoño
Hasta ayer seguía viviendo sin vivir en mí, más bien ya me reconcomía, en la espera del desenlace final del “Caso Soria”, toda vez que ya había quedado zanjado el “Caso Valdeón” –por no poner el “Caso Zamora”, por eso de Soria y Zamora, pero es que el “Caso Zamora” fue otro, si se recuerdan, con Aznar. Pues, eso-. Llegó allí el ministro de las Economías de esta nuestra España, el pepero –o no- Guindos. Iba a explicar y deleitarnos a todos ante la Comisión del Congreso todo lo relativo a lo de su excompañero –y, sin embargo, amigo- de Gabinete, el exministro Soria y frustrado integrante de la dirección del Banco del mundo Mundial.