No hay dos sin
tres, oigan. Esta vez le ha tocado el turno al nuevo presidente pepero en Cataluña, Alejandro Fernández, quien se ha encontrado su coche pintado con
esvásticas y las ruedas pinchadas. El vehículo estaba aparcado en el garaje del
edificio donde Fernández reside con su familia; es decir, para que se enteren
los Mocetes de la Escuadra, los delincuentes
saben perfectamente cuál es el domicilio del político y han tenido la osadía de
entrar en un garaje privado, lo que constituye no sólo un acto salvaje, y de
allanamiento, sino una verdadera advertencia, acoso y señalamiento para toda la
familia.