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jueves, 31 de agosto de 2017

Lo increible creible, que no se creyó

Allí estaba ella, blanca y radiante como una novia, esperando al jefe. Fue ella, sin duda, como persona al frente del chiringuito, la máxima autoridad que recibió a elPuigidemón -el hijo del pastelero- a su llegada a la "embajada" catalibana en Copenhague. Jesús, Jesús, ni un ministrillo tan siquiera de ese país -aunque hubiera sido un chiquilicuatre secretario general- se dignó a estar presente en otra más de las pantomimas, o payasadas, de los golpistas catalanes, que, no sabemos por qué se le permiten, porque las pelas que cuestan salen de los nuestros bolsillos.