O sea que de la pasta que le
dimos todos los contribuyentes a la banca para que resurgiera de sus cenizas durante
la crisis económica hemos recuperado alrededor de cuatro mil millones. No está
mal la cifra para pasar un buen día. Lo pistonudo es que por el camino se nos
quedan unos sesentamilmillonessesentamil, y eso sólo hasta el año 2015; es
decir que todavía estamos pendientes se saber el resultado final, a falta de
dos años. Con lo cual, es fácilmente deducible que esos cuatro mil millones
recuperados sean pura entelequia, porque lo más fácil es que estén ya gastados,
o desaparecidos. Para que nos entendamos mejor, lo que hemos prestado sin
intereses a los bancos puede llegar a los setenta mil millones de euros. Quizá
algún día lo sabremos o quizá nos lo cuenten dentro de otros quince o veinte
años.