El hijo del
pastelero, el hombre, es incapaz de superar el trauma de haber sido toda su
vida un inútil, y así se irá a la tumba. Pretende ser recordado en la
posteridad como el presidente de la Generalidad
catalana que hizo posible el referéndum del UnoaCero. Por contra y, sin quererlo, se le recordará como el loco que provocó,
sin saberlo, a España una crisis tremenda, como no había tenido en siglos de
existencia. Una crisis, en estos momentos, de imprevisibles consecuencias para
el futuro. Para solucionarlo, ya está elPedroQué, con su España de cuatro naciones.