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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Willy Toledo ora entre cementerios por los etarras

No podía ese pseudo actor de pacotilla terminar el año de otra manera que no fuera haciendo el gilipollas, porque no es otra cosa: un verdadero gilipollas, analfabeto y mala persona, con mala entraña, inútil y algo baboso. -¡Ya, ya, ya lo sé, pero es que él también dice lo que quiere, "joer"!-. No le vendría mal un escarmiento -si hubiera por ahí algún fiscal con pelotillas, acaso- por apología del terrorismo, y no sé yo si también por colaboración con banda armada, o con banda criminal o con mafiosos. Unos cuantos meses de cárcel -a ver si se le bajaba la tontuna-, disfrutando de la sombra en compañía de esos a quienes tanto defiende y halaga y que no son otros que los asesinos de la banda de delincuentes etarras. Estaría, supongo, la mar de contento. Y nosotros también, coño.