Ay, Ay, ay, el
diputado podemita, y que fuera líder sindical agrario allí, en Al Andalus, Diego Cañamero. Tiene el gachó un morro que ya ni se lo puede
pisar, porque le llega desde aquí a más allá de aquella farola. Con “to” el
desparpajo del mundo mundial -que
añadiría algún cursi- convoca una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados para anunciar que renuncia a su
aforamiento como parlamentario nacional para que se le pueda investigar, con
luz y taquígrafos, por sus andanzas y fechorías por tierras andaluzas, siendo
él el alcalde de Coronil, un pueblo,
por supuesto, de Sevilla, claro.