Este hombre no tiene vergüenza, se la ha debido comer el gato. Pero casi es
peor el hecho de que nadie lo haya parado ya, de una vez por todas. El
delincuente Arturo Mas, presidente
de la Generalidad de Cataluña, hace
y deshace a su antojo, pero, coño, con el dinero de todos los españoles. Tiene
a la infancia catalana desnutrida, no cumple las leyes, ni se atiene a las
sentencias judiciales, no deja de abrir embajadas del Estado Catalán, se ríe cuando “pitan” al Himno de España y llama terroristas a los españoles y al Estado Español cuando viaja al
extranjero.