“No estoy dejando vendidos a los griegos. Nunca pedí el “no” para salir de Europa, sino para fortalecer nuestra
capacidad negociadora”. Eso decía esta madrugada el hombre, Alexis Tsipras, el “podemita” griego
ante el Parlamento heleno. El plan presentado
a los socios europeos fue aprobado, sí, pero a “regañadientes” por miembros de
su propio partido; algunos no ocultaron su oposición. Pero, como siempre se
dice en estos casos, y porque es verdad, a él se la suda, porque al igual que
dice una cosa dice la contraria. El fin les justifica los medios, y si hay que
mentir se miente y si hay que engañar se engaña. Y si hay que dimitir, eso se
aplaza.