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Esto no es aquello de Roma no paga a traidores. Esto es aquello de dime qué bien te hice, y así me lo pagas. ¡Mecuagüen! Esto me lo comentaba un viejo dirigente socialista con el que me encontré una mañana de un sábado, paseando, cabizbajo, por un parque. Su explicación fue que se acababa de cruzar con una pareja conocida y amiga -al menos eso pensaba él hasta entonces- y su reflexión que qué bien les había hecho para que no le dieran ni los buenos días. Eso mismo se habrán preguntado los amigos de elPrepotente expulsados del Gobierno. Porque es que algunos tuvieron conocimiento de ello la misma mañana del sábado. Solo les faltó enviarles, como hacía Franco, la notificación por un motorista.
Es que lo de Iván Redondo, que soñaba con ser ministro de la Presidencia, no tiene nombre. Ya lo hemos más que comentado. La ViceUno, Carmen Calvo, que se esperaba el despido, pactó la salida ¡Pero, qué me dicen de lo de Ábalos! No se le había pasado por la imaginación. Se enteró en la misma mañana del sábado. Dicen los suyos que había pedido el cese, pero es mentira. Quieren quitarle drama al asunto. Fue despedido de manera inmisericorde. ¡Él, al que le han roto tantas veces la cara por darla por su compañero de partido y presidente! Pero, era lo que pensaba Sánchez: ¡Ahí me las den todas! Y se las dieron, y muchas. Ábalos no lo asume a estas horas; es más, se ha visto obligado a dejar la secretaría de Organización del partido. ¡Las desgracias nunca vienen solas! Al menos le quedaba el ordeno y mando en el partido, que un secretario de Organización es mucho. Pero, ni eso. Adriana Lastra, la analfabeta y mal educada portavoz en el Congreso de los Diputados avanza en el corrimiento de puestos y responsabilidades.
Lo de Ábalos, ya digo, no lo asume ni él mismo ni lo asumen en el partido. Ahora que lo del fray Bailón catalán no lo entiende ni Dios, por mucho que le rece el atocinao en los maitines del convento. Estaba tan contento el hombre con lo de la Política Territorial, que le daba cancha para la negociación con sus paisanos golpistas catalanes, cuando elPrepotente va, coge y ordena su cambio de ministerio, sin tan siquiera consultárselo. Lo jorobó bien, porque aparte de quitarle poder -un poder relativo- los medios no hacen otra cosa que burlarse de él. Hombre, un ministro de Cultura y Deporte que fue expulsado de la Universidad porque agotó las cinco convocatorias de la carrera y que de deporte no tiene ni idea, aunque trata de justificarse con que un tío suyo fue jugador de fútbol. Coñandiez, me da que se le están quitando a fray bailón las ganas de tanto menear el esqueleto.
Tampoco es que ande muy contento el exministro Campo, el que lo fuera de Justicia. Se lo ha cepillado como a los otros. Ha sido el ministro que se ha cargado con todo el peso de los indultos a los delincuentes golpìstas catalanes. Y eso que Campo es la pareja sentimental de la presidenta del Congreso de los Diputados, la catalana Maricheli. Pero, ya ven, a elPrepotente le importan un pito los amigos y las amistades. Campo ha corrido con las críticas técnicas sobre los indultos. Pero, es que Ábalos y fray Bailón eran de su máxima confianza, o eso creían ellos. Ambos dos se la jugaron cuando Sánchez fue destituido como secretario general de laPesoé. Ambos dos apostaron por él y los dos le brindaron apoyo y amistad, lo que le negaba el partido. Con su actuación, elPrepotente demuestra, una vez más, su baja catadura moral y su indecente sentido de la amistad. Así es el presidente de España.
Un presidente, el de nuestro país, que ya están conociendo también los presidentes de los diferentes países de la Unión Europea. En particular, el francés, Emmanuel Macron. No entienden en Francia la nefasta gestión de la pandemia. No entienden cómo se puede combatir el virus de diecisiete maneras diferentes y acudiendo cada dos por tres las comunidades autónomas a los tribunales para ir contra imposiciones del Gobierno socialcomunista o para aplicar las normativas propias, como es el caso de la comunidad valenciana, que ha aplicado de nuevo el estado de Alarma en varias localidades con permiso de los tribunales. Desde luego, así nos va. Desde que el imbécil de elEnterrador anunció que las mascarillas dejarían de ser obligatorias en la calle y lo ratificó posteriormente elPrepotente, hemos ido de mal a peor y a pésimo.