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domingo, 21 de febrero de 2021

Lo "proponido" por el ministro Garzón

El chico está animoso y reconfortado, porque las trifulcas que se están armando en las calles, principalmente de Barcelona y Madrid, pero más en Barcelona, que no se las salta nadie así como así. Eso sí, el rapero quiere una celda para él solito, no quiere participar en la limpieza de su parte alícuota de la prisión y tampoco quiere ayudar en las laboras de la misma, como hacen otros reclusos, como ayudar a repartir la comida con sus compañeros, cuando le corresponda. Ya, claro, si es que se entiende perfectamente. El rapero se considera un preso político, sí como los chorizos delincuentes golpistas, y demanda privilegios, sobre los demás reos de la cárcel de Poniente.

No había caído en eso el rapero, en que la cárcel es la cárcel y su casa de capitalista de la casta es otra cosa. Porque, sepan, este elemento, que ni sabe cantar ni bailar, sale a la calle disfrazado para que no se le note. Lo mismo le da. De una u otra manera, parece un payaso ridículo, como el comunista. La diferencia está en que mientras el rapero odia al de Galapagar, el de la sierra de Madrid trata de aprovechar la coyuntura para que se hable de él y de su partido; lo demás le da igual.

Ya me dirán si, después de seis noches de violencia callejera, actos vandálicos y asaltos a los comercios y enfrentamientos brutales con la policía, el payaso comunista tontoelpueblo y pijo de la casta de Galapagar no tiene nada que decir, como, por ejemplo, condenar la violencia. Algo tan sencillo como eso, condenar a los salvajes y sus salvajadas; es más, para el payaso comunista toda la barbarie de los bárbaros antifascistas en una exageración de los medios de comunicación, a los que tanto odia y a los que tanto pretende controlar. 

Lo único importante que ha hecho su partido es presentar una solicitud de indulto para el vaguete rapero Hasél. Mientras, el fin de semana se lo ha pasado el pijo de la casta mirando para la sierra del Guardadamas esperando a que nieve y ver la tele, a ver si una se va para Boston y la otra para California y, al final, son felices y comen perdices. Enternecedor.

Tampoco ha vuelto a rebullir el comunista de "chúpamelamingadominga". Acaso se ha dado cuenta que estaba pisando las rayas rojas de la legalidad, de la Ley de Partidos Políticos, al animar a los antifascistas -autodenominados pacíficos-, los que han destrozado calles, comercios y mobiliario urbano. No ha vuelto a aparecer, porque también él se las trae, después de haber sido juzgado y condenado por dos tribunales. Que ya se necesita tenerla muy dura para permanecer como portavoz de los comunistas en el Congreso de los Diputados. De vergüenza se le tenía que caer.

Lo mismo que al ministro-escoba del Gobierno socialcomunista de elPrepotente. En efecto, que no es otro que el ministro de Consumo, el también comuista Alberto Garzón. Garzón, aunque no se lo crean, es ministro y ostenta la cartera, por si no lo sabían, de Consumo. Es aquel que durante el confinamiento decía que las apuestas y las visitas a las casa de apuestas habían bajado. ¡Listo el hombre, listo! Pues, miren, para el hombre este el encierro del rapero es una "anomalía democrática grave", opinión que le debe interesar a su cónyuge y para usted de contar. Pero, lo importante es lo que ha asegurado a sus camaradas, como es el hecho de que lo que "su partido ha proponido para cambiar las leyes que puedan evitar encarcelamientos como el del rapero. Si lo "proponido" es como lo que ha proponido", ya saben: de culo, cuesta abajo y sin frenos. Falta de cultura, y no democrática precisamente.