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viernes, 10 de noviembre de 2017

El Supremo no es la Audiencia Nacional

No acababa la pajarraca esta de dar la vuelta a la esquina -eso sí, en coche oficial y con otro de escolta-, cuando laForcadell se escojonciaba del juez del Supremo Pablo Llarena: "Volviendo a casa con la conciencia tranquila tras haber actuado correctamente: garantizar la libertad de expresión en el el Parlament(o), sede de la soberanía nacional". Era su tuit, nada más salir de la prisión Alcalá-Meco, donde la confinó el juez, y de donde jamás saldría si no pagaba la astronómica cantidad de ciento cincuenta mil euros. Y el juez no ha ordenado todavía su detención.