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miércoles, 13 de enero de 2021

Nos están dejando morir

Estamos perdiendo tiempo. Bueno, nos lo están perdiendo, y este tiempo en estas condiciones es oro tirado a la basura, que se traduce en salud desperdiciada. Cuando no en contagios, en muertes. Otros doscientos fallecidos y cerca de cuarenta mil contagiados, reminiscencias de las Navidades. Mientras el Instituto Nacional de Estadística (INE) vuelve a quedar en ridículo al Gobierno, a la Sanidad del ministrillo catalán Illa. Para el INE se han producido más de treinta mil muertes, que se dice bien, que se salen de las estadísticas y de las previsiones. Para ser claros y baratos: no son cincuenta mil los fallecidos por coronavirus en España, sino más de ochenta mil.

Porque, si no, de dónde se sacan los del INE treinta mil muertos más, que rompen con las cifras acumuladas históricas. Acaso, como diría elEnterrador Simón -quien, por cierto, continúa sin dimitir- proceden de un grave accidente multitudinario o de muchos accidentes producidos en los últimos días, donde se han visto implicadas muchas personas, tantas como treinta mil. Y oigan, se podrá escojonar y reír de nosotros, pero tontos no somos. Que lo sepa.

Aquí, si de cifras se trata, estas cantan por sí solas. El virus nos ha proporcionado más de dos millones de contagiados y más de ochenta mil fallecidos. Y que se dejen de leches y de historias y que actúen. Continuamos a paso de tortuga con las vacunaciones, cuando la esperanza estaba en que con éstas nos salvaríamos cientos y cientos de compatriotas. Pero, a lo que se ve, ni por esas. Continúan los nuevos contagios y el número de fallecidos también.

Todo esto es como una pesadilla aumentada. Continúan los contagios y mucha gente se muere, cuando tenemos en nuestras manos la preciada medicina. Es de pesadilla, sí, aunque resulta increíble que los políticos, en particular los socialcomunistas, no hayan aprendido nada de las anteriores olas del coronaviruas -de la primera a la tercera o a la cuarta- para espabilar y aplicar una logística en las vacunaciones. A este ritmo, nos vuelven a dar las campanadas en una Puerta del Sol sin público.

Si tenemos las vacunas y no avanzamos en su inoculación es por falta de personal sanitario o por falta de voluntad o ineptitud política. O ambas cosas a la vez. En la Comunidad de Madrid se ha llegado a un convenio con Cruz Roja para que esta ONG colabore en las vacunaciones. El Ejército ya se ha ofrecido también a colaborar, afirmando la ministra de Defensa que las Fuerzas Armadas tienen la suficiente logística para ello. También se ha ofrecido la sanidad privada para el mismo fin, y de manera gratuita. ¡Entonces a qué esperan los políticos y por qué nos hacen esperar a los demás! Incomprensible. Que no pongan como excusa el dinero.

Si bien es cierto que por el convenio de Madrid con la Cruz Roja esta ONG recibirá ochocientos mil euros, a qué coño esperan las demás comunidades para un convenio similar, cuando tan solo con los millones robados de los ERES de Andalucía y los que nos han choriceado a España los golpistas y los Pujjjoles se suman cientos y cientos de millones, de los de euros. ¡A qué espera el Gobierno socialcomunista para hacer lo mismo que Madrid o a dar su consentimiento al Ejército y a la sanidad privada! Resulta inadmisible, incomprensible, que sigamos a ritmo de tortuga cuando lo podríamos estar llevando a velocidad de crucero. Estamos desperdiciando tiempo y el tiempo -la lucha contra el tiempo- lo estamos tirando por la borda o a la basura, como prefieran, mientras continúan los fallecimientos y los contagios, de los que no estamos liberados ninguno. De todo ello, alguien tendrá que dar cuentas.