Como se puede apreciar fácilmente en el partido de elBarredor Pablo Manuel Iglesias, el de los podem(K)itas no sucede nada, no ocurre nada y si fuera lo contrario, como es el caso, la culpa es de los demás. Están bien tranquilos, pese a que la policía -a través de su sección de la UDEF- ha puesto al partido ante el Tribunal de Cuentas por presunta financiación ilegal y blanqueo de dinero. ¡Mi Dios, ha llegado la casta! Lo que sucede es que todo se debe a "una campaña de las élites", del "establishment", contra el partido de la extrema izquierda.