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viernes, 20 de febrero de 2015

Maduro acusa ahora a España de conspiración

Ahora le da por acusar a España de instigar contra Venezuela. Así que en esas está este hombre, el presidente de ese país, "Nico" Maduro. Al principio veía no sé qué pajaritos que eran la presencia inequívoca de Hugo Chávez -una reencarnación, o algo así-; luego, encomendó a Dios el futuro de su país -por si acaso, que se la cargue EL-; y hoy nos encontramos con que Madrid, Bogotá y Miami constituyen el triángulo de la conspiración contra su Gobierno. Ayer ordenó detener al alcalde de Caracas, por considerarlo el cerebro de una trama golpista. Mientras tanto, Pablo Iglesias sigue callando, mutis por el foro.
Este hombre está descerebrado. Les digo que sí, de verdad. Es capaz de llevar a una guerra civil al pueblo venezolano. Ya empieza a ver golpistas por todas partes -dentro y fuera- y ha iniciado lo que será la busca y captura de los rebeldes, que, en teoría, tendrían que estar apoyando al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma. La noche de los "cuchillos largos"comenzó ayer con la detención del alcalde opuesto al régimen bolivariano y el intento de secuestro -de la propia prisión, donde lleva más de un año encarcelado- del líder de la oposición, Leopoldo López. Dudo de que Nico pueda soportar la presión a la que le está sometiendo lo que se llama la "comunidad internacional". Es capaz de cometer cualquier barbaridad.
Por parte de España, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz, le ha pedido al presidente venezolano que respete la libertad de comercio y empresa y la libertad de expresión y opinión. Bueno. Por su parte, el ministro del Exterior, pues que eso, que no hay conspiradores desde España. ¡Que ni "chichanilimoná"! Ya saben ustedes cómo se expresa el diplomático Margallo.
Y ya está aquí, llegó ya, procedente de las américas, nuestro hombre de Estado. Que si no estuve con Obama fue porque no quise. Claro, si está clarísimo, a nosotros nos lo vas a contar. Aunque no ha querido mirar para atrás, ni tan siquiera desde la ventanilla del avión. A lo hecho pecho. Venezuela -paraíso de los asesinos etarras- mejor se queda donde está, sin libertades y sin comida. Y con el miedo en el cuerpo, por lo que pueda venir. Lo mejor es, ahora, caminar cara al sol, quitarse la camisa, que ya huele -¡puuff- y mirar hacia el Este. Por si acaso cae algo. Evidente.
Pues, oigan, que ni una palabra. Miren que tenían allí a "toalaprensa". Pues nada. Hasta dejaron solo en el estrado, "elbarredor" y "elbecario" a Monedero. Que se explique, que se explique. Poco tuvo que explicar. Recién salido de nuevo de los túneles del Metro, pongamos que del de Madrid -les está cogiendo adicción, y cuesta sacarlo-, ni presentó informes de los trabajos realizados para Venezuela -y otros- y sí sólo una factura de su empresa, que es él, en solitario. Sólo acertó a decir que estaba otra vez en guerra, porque es que los del Régimen del 78 han sacado una batería contra mí. Ya estamos, ya estamos. Lo que le sucedía realmente es que estaba enojado porque el Papa Paco -al que admira su amigo Pablo- había dicho que no pagar impuestos es "pecao" muy grave. Y eso, qué quieren que les diga, duele.