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El informe de la OMS, o allegados, pone los pelos como escarpias. Que después de más de tres millones y medio de fallecidos en el mundo y ni se sabe los millones de contagiados por el covid-19 nos vengan diciendo que la tragedia se pudo haber evitado es de alucine. No es solo eso, porque lo que dejan entrever es que se pueden producir más pandemias para las que hace falta estar preparados. Aquí, de la que se ha armado, hay culpables. Los primeros los de la OMS, que nos salen por un pico a toda la humanidad y que se la envainaron cuando atisbaron que se mascaba el desastre. Luego, los mandatarios políticos de cada país, que no hicieron ni puñetero caso.
Ahí tienen a elEnterrador Simón -imagino que cada país tendrá el suyo propio- que ahora dice que a partir del nueve de marzo se descontroló todo. ¡Miren que miente el tipo! Mintió entonces y continúa haciéndolo ahora, porque quiere salir bendito de todo este embrollo político en el que se ha metido por propia voluntad. El que comió la carne, que roa el hueso. Mintió a todo el país cuando ocultó la gravedad de lo que anunciaba -aunque tarde- la OMS y no hizo nada, no movió ni un dedo, para evitar el 8M, las manifestaciones que el Gobierno socialdemócrata quería celebrar a toda costa, a cuenta de la salud de la ciudadanía.
La cagó el Gobierno de elPrepotente y la cagó el asesor del Gobierno, elEnterrador, que ni tan siquiera es científico. Tampoco existió un comité científico asesor, ni otro técnico. Todo fue una burda mentira, y lo sabíamos. Así y todo nos confinaron durante meses. Todo era un caos en los hospitales y no digamos ya en la economía. Tiene que haber alguien culpable, que pague las culpas de tanta indecencia política. pero, no solo en España. La Unión Europea se ha lucido también. La presidenta de la Comisión, Úrsula, es de lo más tonto e imbécil que ha parido madre. Pues, ya lo ven, presidenta de Europa. La que dice que liberar las patentes de las vacunas no sirve para nada. Que se lea el informe de la OMS, si es que sabe leer, y saque consecuencias, porque una cosa es juntar letras y otra muy distinta comprender lo que se lee.
Esto no es el pasado. Estamos en el presente. Esto no es pelillos a la mar y a otra cosa mariposa, como intenta implantar elPrepotente. No. Ya digo. Hay culpables. Nos importa un pito que si Sánchez le dice a Casado que se ha pintado la cara de un personaje y el otro le responde que la suya es la de un remendón. ¡Miren, váyanse a freír espárragos o a vendimiar y llevar uvas de postre o pónganse a asar manteca! O Que la delegada comunista del Gobierno en la comunidad de Madrid le reproche al alcalde de la capital del Reino o este le responda de chunga. ¡Nos da igual! Como si alguien se corta el pelo. Queremos que esto se acabe. Queremos y necesitamos que nos vacunen: mañana, tarde y noche. ¡Que nos vacunen! Es fácil de entender.
Pero, ya lo ven: no. Tenemos paradas más de doscientas mil dosis de vacunas, mientras continúan los contagios y los fallecimientos. Y tras la reunión de la Interterritorial de hoy nos quedamos como tontos al conocer la conclusión: una semana más, por lo menos, para decidir qué hacer con los vacunados menores de sesenta con AstraZéneca. ¡Pero y qué pasa con los vacunados con más de sesenta años! Continúan siendo unos adefesios de personas. ¡Nadie se va, nadie dimite! Eso sí, una recomendación y un recuerdo: no puede existir el ocio nocturno y no se permite fumar en la calle. Seguirá habiendo ocio nocturno y los desalmados fumadores continuarán fumando en la calle cuando y donde les dé la gana, sin respetar nada ni a nadie.
Ahora, a ver qué pasa con el fútbol, con la entrada a los estadios en las últimas jornadas de La Liga. De hecho, ya asiste público a los partidos de ligas menores y al baloncesto y al tenis. Pero lo que más urge es vacunar, vacunar. Si no las consigue el Gobierno, que las pinte.