Está Juanito Tardá, el hombre, algo más que
“desquiciao”. Si el debate no hubiera sido tan de mañana, tan temprano,
cualquiera diría que estaba afectado por alguna bebida espirituosa, como casi
siempre aparenta. Se preguntaba Juanito si el personal se pensaba que los
catalibanes eran imbéciles; bueno, ahí están él y el también sinvergüenza de su
compañero, elRufián –que no es un
señor al del estilo del de Julio
Iglesias- como paradigma, la respuesta nos venía dada. Nada que objetar, todo
lo dice él.