Cuando despertó, ya saben en dónde tenía metida la mano, el payaso, el hombre bajito y "cabreado". El amo de su voz del nazi y xenófobo y guerra civilista presidente de la Generalidad catalana, elPuchi, que no se había lavado la boca -como todas las noches, que es que hiede-, y llegó el día que tenía que llegar -tarde o temprano- y se le ocurrió que tenía una película para montarse, una vez se secó la mano, porque ni tan siquiera se la lavó. Tiene tantas ganas, y necesidad, de salir de su jaula de cristal, que ya se ve en España, esta España nuestra y, mal que nos pese, de él también.