Tres mujeres, solamente tres mujeres, tuvieron el valor de enfrentarse a
los terroristas de ETA, con las manos vacías y la fuerza de la razón. Fue justo
hace una semana, cuando los etarras rodearon el cuartel de la Guardia Civil en
Oñate. Nadie hizo nada para impedir el acoso. No fue algo espontáneo, que
surgiera porque sí. El cerco se había anunciado con tiempo y bien. La
presidenta del Colectivo Víctimas del Terrorismo (COVITE), Consuelo Ordóñez, acompañada
por Concepción Fernández y Laura Martín, viudas de víctimas de los terroristas estuvieron
allí, para defender la dignidad de los asesinados.