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lunes, 25 de enero de 2021

Abocados al confinamiento

¡Horrible, horrible! Como en los peores tiempos de la pandemia: 767 muertos más por el coronavirus y nada más y nada menos que 93.822 contagiados durante el fin de semana. ¡Esto es horroroso! El denominado índice acumulado sobrepasa ya los 884 casos de contagio por cada cien mil habitantes. Con esos datos -detrás de cada uno de ellos hay una persona, una familia y un drama- no es de extrañar que las autoridades de la Unión Europea estén sugiriendo que España se confine, pues desaconseja la movilidad interterritorial en todas aquellas zonas de la Unión en las que se produzcan 550 casos por cada cien mil habitantes durante los últimos catorce días. En España, casi todo el territorio nacional.

En medio de toda esta hecatombe, elPrepotente Sánchez está más preocupado por la presentación de su candidato a las lecciones catalanas que por lo que ocurre en el país con el coronavirus. Su candidato, el por lo menos hasta hoy ministro de Sanidad, Illa, deja al país tirado; en vez de ser el último en abandonar el barco, huye como rata que lleva el diablo. Se ha planteado una huida tan rápida que ha cogido a contrapie a los de laPepé, a los que solo se le ocurre a estas alturas, cuando era más que previsible su dimisión, que comparezca ante el Congreso de los Diputados para informar de todo lo relacionado con la pandemia. Como se dice, se les escapó vivo el ministrillo Illa.

Pero, miren, por si le sirve de algo a Casado y los suyos, ahí tienen a elEnterrador. Porque ya ha adelantado Simón que él no va a dimitir ¡Faltaría más! Que porque se vaya Illa no tiene por qué marcharse él; es más, los ministros pasan y él queda, que ya ha visto pasar a siete ministros desde que ocupa el cargo ese tan rimbombante que ostenta. Y es más, todavía nadie sabe cuánto dinero se embolsa elEnterraor al mes en el sueldo, y tardaremos en saberlo porque quien tiene que informar de ello se escuda en que "es muy difícil de explicar". O sea, que a ver si por aquí tenemos algún gato encerrado.

El caso es que como esto continúe en manera ascendente, pese a que elEnterrador dijo ya hace casi quince días que estábamos alcanzando la punta de la tercera ola, mal se nos presenta el futuro. Aumentan los contagios -más de dos millones y medio-, sube el número de fallecidos -poco más de cincuenta mil, según el Gobierno, pero más de ochenta mil según el Instituto Nacional de Estadística-, con las comunidades autónomas sin poder tomar más medidas restrictivas, porque están atadas de pies y manos por el decreto del Estado de Alarma y por la inconsciencia o incivismo en los comportamientos de muchos ciudadanos, de demasiados, estamos abocados, si nadie lo remedia, al confinamiento puro y duro. Mientras, la Sanidad se va colapsando y los sanitarios están agotados y al borde de la desesperación.

Algo en lo que todos teníamos puestas las esperanzas y que podría haber paliado, al menos en parte y de momento, esta "sangría", lo que son las vacunas y las vacunaciones se ha ido al traste y cuando un país como Israel ya tiene vacunado casi al cincuenta por ciento de la población, aquí, en España en particular, y en la Unión Europea en general, esto está resultando un desastre. Los laboratorios no están cumpliendo con sus compromisos de abastecimiento y han dejado a la Unión, a los ciudadanos de la Unión para el arrastre. Está comprobado que los políticos europeos de esta camada están resultando unos verdaderos cafres. 

Sospechan en la Unión Europea que las farmacéuticas con las que se había contratado la vacuna están vendiendo a terceros países remesas que ya deberían estar en la Unión. Desde el Consejo de la Unión Europea -el Consejo de Ministros europeo- ya han amenazado a las farmacéuticas con "dar un golpe en la mesa". Fíjense que valientes: un golpe en la mesa, y en la Unión cada vez más muertos y contagiados, en particular en España. Seguro que Sánchez también está dispuesto a dar un golpe en la mesa, sobre todo porque si se rompe, él no tiene que pagarla.