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O sea que decía elEnterrador Simón, ya hace unos días, que estábamos en el punto álgido de los contagios. Es que este tipo no da una. A día de hoy no solo seguimos con el mismo número, sino que subiendo, hasta un acumulado del ochocientos por ciento por cada cien mil habitantes. Lo mismo que predijo de la cepa británica del virus. Para el cara dura sería algo marginal; en Madrid, el 33% de los contagios ya provienen de esa cepa. ¡Pero, por qué no se va a su casa, si es que lo aguantan! Y el Gobierno socialcomunista a lo suyo. No quiere prohibir los vuelos procedentes de Sudáfrica, ni tampoco exigir medidas preventivas paar los procedentes de Brasil.
Así nos va. En el aeropuerto de Madrid, como es internacional, tienen abiertas sus puertas los virus de las cepas británicas, los de Brasil, los de Sudáfrica y todos los que estén por venir en sus diferentes variantes. Sánchez se lo está pasando estupendo masacrando a la comunidad madrileña. Está actuando de manera política en el combate contra el virus en Madrid. Es decir que le importan un pito los madrileños. No toma medidas en Barajas para controlar la entrada del virus y deja a Madrid sin vacunas y las que le corresponde las va a repartir entre otras comunidades y Andorra.
Ahora, más que nunca, sí que se le pueden pedir responsabilidades a Sánchez por su ineficacia para combatir el virus, pero también responsabilidades penales. Cada día que pasa sin tener vacunas es responsabilidad suya, de su ministro Illa y del mamporrero Simón. Estamos en una lucha contra el tiempo y estamos perdiendo un tiempo que vale oro, sin evitar en lo posible los contagios y las muertes. Ahí, ahí, vuelve la responsabilidad de los socialcomunistas.
Pero, quiá, está más interesado Sánchez en cargarse el Comité de Transparencia que en el combate contra la pandemia. Para él mientras peor, mejor. Así pretende culpar de todo ello a las comunidades autónomas. Lo que a él le pide el cuerpo es ocultar todo lo relativo a sus movimientos y a sus amistades, que no se sepa nada de sus viajes en el Falcon, quién ha viajado en él y con él y de sus vacaciones y de quién lo acompañaba en los inmuebles propiedad del Estado.
La transparencia no existe en este gobierno socialcomunista. Y si alguien se atreve a dudarlo declara el hecho como "secreto de Estado" o, como el payaso comunista y cabezón que quería encerrar a un vecino veinte meses por poner el disco de ¡Viva España! de Manolo Escobar. El hacerlo en las inmediaciones del casoplón de eltontoelpueblo de Galapagar era ir contra la "seguridad nacional". ¡Manda güevos!.
Están aprovechando bien la pandemia los socialcomunistas. Quizá el que más sea el ministro de los Interiores, Marlaska. Él fue el juez de "el caso Faisán" y el que continúa acercando a sus casas a los presos etarras. Con o sin delitos de sangre. Le da igual. Ahora, otros cuatro más, entre ellos uno de los secuestradores de Ortega Lara y otro que participó en el asesinato de Buesa. Según las víctimas del terrorismo, el cincuenta y cinco por ciento de los etarras presos ya están a menos de doscientos kilómetros de sus casas.
Los terroristas están consiguiendo los beneficios penitenciarios firmando unas cartas de falso arrepentimiento; pero, ni se arrepienten ni piden perdón a las víctimas, ni colaboran con la Justicia. Toda una pantomima, que, a veces, parece urdida por y desde el mismo ministerio de Interior. En cualquier caso, están optimistas los asesinos y sus ramas políticas, como la de los bilduetarras HBildu, liderada por el "hombre bueno y de paz", que decía elCetapé. Otejjji ya no quiere los acercamientos por su apoyo a los socialcomunistas. El etarra quiere para sus compañeros asesinos el indulto, que considera que no son menos que los golpistas catalanes. O es que son lo mismo.