La Pantoja no dice nada, porque no lo dice, que bien advertida estará ya por su hijo Paquirrín. El joven ha estado un año sin los arrechuchos de mami y no quiere volver a pasar por esa experiencia amarga, otra más, tan traumática. A lo "pasao" pasao", y el que quiera berenjenas que las compre. Esto viene a tenor de lo que han decidido los jueces, que, oigan, parece que últimamente no dan una. O sí. A lo de Urdangarían -el mismo, el cuñado del nuestro Rey y de la plebeya Leticia y esposo de la infanta Cristina- se suma hoy lo de Rodrigo y Blesa, los de las tarjetas negras de Caja Madrid.