Salió muy "cabreá", pero que mucho, LaPescadera de la manifa por la libertad de los golpistas, el exviceJunqueras y los exconsejeros, que se quedaron aquí, y losYordis, acojonaos estos en la cárcel. Pero, lo que más le dolió, que lo vieron esos sus ojos, es que no había esos setecientos mil manifestantes que daban los de la Guardia Urbana, a los que ella misma había dado orden de llegar a esa cifra; hora que, si lo llega a saber antes, había puesto hasta un millón u ocho, si cabe. A ella, que esperaba estar al lado de laForcadell, le tocó lidiar con toros de segunda fila, casi sola, abandonada, pero aguantando el tirón, pescando en agua revuelta.