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Bueno, bueno, bueno, esto es un galimatías que no hay quien lo entienda. Aquí se pegan todos contra todos a causa de los espionajes. La ministra de Defensa, de quien dependen los servicios secretos del CNI ha puesto el grito en el cielo y defiende esa Casa y a su directora contra viento y marea. A los parlamentarios no les permite -¡faltaría más!- ni una palabra más alta que otra. Y, hombre, hace bien, porque los 007 no se pueden defender y, como dice la ministra, basta conque alguien los acuse de haber cometido algo para que se lo crea el personal, porque los agentes están obligados a guardar el secreto, a callar y tirar palante.
No solo ha defendido Margarita Robles a los 007, sino que ha culpado al gabinete de elBandido Prepotente, y en particular a Bolaños, del espionaje que han sufrido tanto ella como Sánchez a través del programa Pegasus. Porque es que resulta que Bolaños es el encargado de vigilar que los teléfonos de los ministros estén libres de asaltos y ya hace meses que el CNI advirtió al gobierno de que sometieron a revisión sus respectivos celulares. O sea que Margarita culpa de negligencia a hasta el propio presidente y a su gabinete, mientras que los socios coaligados -los comunistas de Putin- acusan al gobierno -del que forman parte- y a Margarita y al CNI de los espionajes, de, no se sabe ya, si del teléfono de Sánchez o de los teléfonos de los golpistas. ¡Esto es la releche, se entrecruzan los cables!
En resumidas cuentas, Margarita se salió por la tangente siempre que le interesó sin prestar la más mínima importancia al presunto espionaje que el CNI pudo realizar a más de sesenta independentistas catalanes, algunos de ellos delincuentes golpistas. Eso ya quedó claro en las primeras intervenciones de la ministra cuando el caso salió a la luz pública. Lo normal es que se espíe o se haga un seguimiento -todo ello dentro de la ley, con permiso judicial- a quienes han intentado un Golpe de Estado, algunos han sido acusados y juzgados e indultados, pero ellos y otros más siguen en sus trece, en que lo volverán a intentar. De hecho, ya están preparando el nuevo Golpe a través de sus embajadas en el extranjero; así comenzaron el intento la vez anterior.
Que la Feria de Abril la teníamos montada estaba a la vista. Y la caseta de laPesoé en el Real de la feria de Sevilla dio la nota. Dos vigilantes -matones- evitaron la entrada a la misma de dos jóvenes, que estaban más para allá que para acá por los efectos de la manzanilla. ¡Pero, qué manera de impedírselo! Poco le faltó a los matones contratados por laPesoé para enviarlos al otro mundo, y no precisamente el etílico. Es de suponer que cuando se contrata a unos vigilantes-matones para cuidar de una propiedad o mantener la seguridad, se piden unas referencias de los mismos. Aquí los de laPesoé pasaron de todo, y pudo haber una verdadera desgracia, o dos, porque la panadera que les propinaron los contratados a los dos jóvenes osados fue de las que hacen historia.