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Nada, que esto, aunque baje, baja poco. Disminuye el número de contagiados por el virus, pero aumenta el de los muertos ¡Esto es un sin vivir! El que vive, y vive bien, con un buen sueldazo, es el exministro Illa. De estar olvidado en un ministerio sin casi funciones, pasó elPlañidero, que parece un plañidero, a gestionar la pandemia, sin puñetera idea de Sanidad, sin conocimiento alguno de gestionar algo, aunque hubiera sido cualquier cosa. Nádená. Y así se ha tirado prácticamente un año, arruinando la economía del país y destrozando vidas, a familias enteras. Así que llegó, vio, se cagó, se marchó y aquí nos dejó el olor. El muy sinvergüenza, junto con elPrepotente, no tomó otras medidas necesarias, por esperar a que pase el 14F. Lo mismo hicieron hasta que no pasó el 8M.
La jugada es calcada. No suspender el 8M, no retrasar el 14F. Después ya se verá. Desde marzo de 2020, más de dos millones y medio de contagiados por el virus y ya se vaticina que los muertos pueden ser unos cien mil, el doble de lo que dice el Gobierno socialcomunista. Con esas medallas, y sin vergüenza alguna, se marcha el candidato socialista a la Generalidad catalana, pero nos queda su sustituta, la exministra y ministra Darias -otra que tal baila- y su asesor heredado, elEnterrador. Desde que Simón sentenció que acaso uno o dos contagiados tendríamos por el virus en España, esas más que aterradoras cifras -verdaderos dramas- nos han sobrevenido, y todavía lo que nos queda por ver.
Porque esa es otra. A ver qué nos depara el nuevo ministro de los Territorios, el venerable padre socialista elBailón. Si no lo nombra ministro Sánchez, le da un infarto. A ver cuánto tarda el flamante y redondo ministro en exigir los indultos para sus paisanos, los golpistas catalanes. ElBailón es mucho cuerpo como para quedarse quieto.
Quieta se ha quedado, pero en seco, AstraZeneca. Desgraciadamente, las anheladas vacunaciones se han cortado. Toda esperanza se ha truncado, aunque sea temporalmente, porque de aquí a que se arregle el conflicto con la farmacéutica AstraZeneca serán muchas, miles de personas las que tienen escrito su destino, cuando la vacuna podría haberlo cambiado. No puede la Comisión Europea quedarse de brazos caídos. No basta con exigirle a la farmacéutica que las dosis que nos adeuda nos las haga llegar desde su fábrica de Reino Unido. Son muchos millones los que la Unión ha adelantado para las investigaciones. Las vacunas deben llegar, y ya. Si no la Comisión Europea deberá adoptar las medidas que estén a su alcance, como si es preciso, militarizar o nacionalizar las plantas de producción que AstraZeneca posee en territorio de la Unión. ¡Algo hay que hacer! La Unión está forzada y obligada a mostrar su fuerza, la de veintisiete países.
Como secos nos ha quedado la decisión del Tribunal Supremo, que ha devuelto al juez Castro todo el expediente con el que se podría empapelar al payaso comunista y cabezón, eltontoelpueblo, que se salva por el cargo que ocupa. Todo depende ahora de su exayudanta en Bruselas, Dina, que daba el nombre al caso y a la que le desapareció el teléfono y volvió a aparecer. Lo encontró, fíjense, el payaso comunista. Si Dina lo denunciara en estos momentos, lo llevaba poco claro el comunista; más bien, negro. ¡Pero, claro, después de los favores recibidos, quién denuncia al jefe! Que es que le ha puesto el partido de los comunistas un periódico digital para que se entretenga, y le pagan. Por cierto, la hoja parroquial, de cuyo nombre no me quiero acordar para no darle publicidad gratuita, no lo leen ni los militantes morados, que comienzan a estar negros.