¡Anda que sí! La están armando buena los de la ONG catalana del Open Arms. Después de veinte días en alta mar con más de cien migrantes a bordo, el problema humanitario se resolvió en el momento en que la fiscalía italiana dio permiso para que el barco pudiera atracar en Lampedusa y que los ocupantes -que no okupas- pudieran bajar a tierra. Los dueños del barco, la ONG, no lo tienen tan claro, porque las autoridades italianas se lo han confiscado. Aunque a estos les da igual, en cuanto puedan se hacen a la mar.