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Morro presidencial como de aquí a aquella farola. En Entrevías, como entre dos aguas. Mitin junto al páter Gabilondo, al que solo le faltó impartir la bendición papal Urbi et Orbi, y luego carcajearse él y elPrepotente. Se juega más elPrepotente que el páter, que, al fin y al cabo, se conformará con lo que dios le dé. Pero lo de elPrepotente Sánchez no tiene nombre. Es tal la cara dura y la falta de vergüenza que ya no resulta novedosa cualquiera de sus intervenciones. Como la de Entrevías, donde se regodeó con las amenazas de muerte con las cartas conteniendo balas de Cetme y la navaja del enfermo, pobre de él, que hasta puso el remite en el sobre para que lo localizaran con facilidad, vamos por no causar molestias.
Ni puñetera alusión a los dos sicarios del payaso comunista detenidos por los sucesos de Vallecas, por los ataques directos a los de Vox y a la Policía Nacional con piedras, adoquines y botellas de cristal. De eso ni una palabra. De que fueron los instigadores de la violencia, menos todavía. De que son dos guardaespaldas encubiertos del que hasta hace solo unos días era su vicepresidente segundo, tampoco. De que el que mandó a los sicarios es el jefe del partido con el que gobierna en coalición, un gobierno socialdemócrata, nádená.
Tampoco hizo referencia alguna al silencio, a la ocultación que el Gobierno, en la persona de su ministro del Interior, Marlaska, ha mantenido del hecho. Que dos de los detenidos por el guerracivilismo de los sicarios en Vallecas lo sabía el ministro del Interior desde el día quince pasado. Eso ya lo sabemos todos. Pero, tuvo que ser un medio de comunicación el que lo desvelara, el que lo hiciera público. No fue precisamente la hoja parroquial socialista, y mucho menos la hoja volandera que le ha regalado como juguete -pero malo- el payaso comunista a su exasesora Dina. Es más, para El País este hecho prácticamente no ha sucedido, y como dicen -ellos, los pesebreros- que lo que no se publica -o se oculta entre otras informaciones- en ese panfleto no ha existido, pues, ala, nada de esto ha sucedido.
Hasta ellos mismos se lo creen. Pero, lo cierto, es que ni partidos ni fiscales ni jueces le han dado al hecho la relevancia y gravedad que tiene. Que dos sicarios que hacen de guardaespaldas encubiertos del payaso comunista, contratados por el partido para que lo cubran, se presenten en Vallecas, instiguen a la gente a la violencia contra un partido político y la propia policía, eso es muy grave, pero más que grave gravísimo. Pero, como dice el payaso comunista, todo quedará en nada. Y camino lleva de ello, para vergüenza de un país considerado democrático. El día menos pensado el payaso comunista mandará a sus sicarios a poner a alguien en la horizontal y no pasará nada. Ahí estamos.
Por lo menos, no hemos tenido que soportar la presencia del payaso comunista tontoelpueblo pijo y ridículo de la casta de Galapagar. Ha sido el único de los candidatos que se presenta a presidente de la comunidad madrileña que no ha acudido a los actos del "2 de mayo". No es, en este caso, por soberbia, es por pura vergüenza. Sabe que va a hacer el ridículo, que hasta el vago de Errejón lo va a dejar para atrás, que lo que está haciendo es engañar a los pocos que le puedan creer todavía, porque -eso ya lo ha dicho- se está preparando su puerta giratoria para pisar lo menos posible la Asamblea de Madrid. O sea, que ya lo saben los que tengan intención de votarlo, será como tirar el voto a la basura, en cualquiera de los casos.