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jueves, 25 de febrero de 2021

Inmoralidad de la desigualdad

Pero vamos a ver, hombre, vamos a ver. ¡Basta ya de gilipolleces! Ya está más que bien. O sea que uno de los focos más criminales del inicio de la pandemia se inició en las manifestaciones del 8M y los imbéciles de siempre quieren volver a manifestarse, mejor dicho que se contagien los demás. La única cuerda ahora -porque en la manifestación del año pasado allí estaba, en la de Madrid- es la ministra de Sanidad, que considera que no deben celebrarse esas manifestaciones, que no está el asunto para bollos. Contradice así a su compañero de partido y delegado del Gobierno en Madrid, Franco, que ha metido la pata, como es muy habitual en él, hasta el corvejón. 

Para Franco, las manifestaciones se pueden celebrar siempre que en las mismas no participen más de quinientas personas, mantengan la distancia social y toda clase de precauciones. Miren, así no, Es que no vamos a parte alguna, cuando estamos logrando con gran sacrificio y aguante bajar la Incidencia Acumulada de afectados por el Covid19. La ignorante ministra de Igualdad -que ya se contagió en la manifestación del 8M del año pasado- erre que erre que adelante con los faroles. Claro, como fue cajera de supermercado se cree que lo sabe todo, es muy ilustrada la señora, que tiene nurse y todo para la niña, a la que le ha puesto un parque en el ministerio. ¡Eso no es justo, porque se lo pone a la niña y a los dos niños que los zurzan!

Desde luego, no se sabe quién es más imbécil si la Montera o elEnterrador Simón -ambos tienen abierta plaza en el Imbeciliario Nacional-, pues a las estupideces, incongruencias y casi llamamientos a delinquir para participar en la manifestación -con el "chúpamelamingadominga"- sale ahora también elEnterrador, afirmando que es más peligroso estar debajo de un paso de la Semana Santa que en una manifestación como la que se está planteando de las quinientas personas. ¡No se puede ser más imbécil, gilipollas y tonto! Después de los miles y miles de muertos y de los miles y miles de contagiados, después de situaciones familiares dramáticas, continúa este tipejo por ahí diciendo las bobadas que dice, y lo peor es que lo dejen. 

¡Váyase, señor Simón, váyase! Sus razonamientos son los de un loco perverso. Ya engañó a cientos y cientos de españoles que de buena fe se creyeron que no teníamos nada que temer del virus -si acaso uno o dos contagiados- y que provocó que muchas personas asistieran al 8M el año pasado, porque aseguraba que no tendría ningún reparo en mandar a su hijo a manifestarse. ¡Pero, no lo mandó! Este personaje ha causado tanto daño y dolor como los terroristas. ¡Y ahí sigue! Si tuviera vergüenza y un mínimo de moral ya estaría descansando en paz en su casa.

Coño, que es que ya uno se cabrea después de aguantar tanto como estamos aguantando. De ver un desastre de gestión de la pandemia, de ver un desastre de organización y logística de las vacunaciones, de ver tanto sinvergüenza contagiando en fiestas ilegales -¡y que no les sucede nada!-, que han provocado tanto dolor y dramas de tantas familias destrozadas moral y económicamente, para que vengan estos analfabetos funcionales, imbéciles, como la ministra de Igualdad -la compañera del payaso comunista tontoelpueblo y pijo ridículo de la casta de Galapagar- a querer obligar de manera subliminal a que se vuelvan a celebrar las manifestaciones del 8M. ¡Váyanse ustedes a la mierda!