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miércoles, 12 de enero de 2022

Los pezones de Yolanda

Anda, pues mira tú qué bien, ya hay cola en Instagran esperando a que la ministra de Trabajo, la comunista Yolanda Díaz, se muestre -o en alguna otra red social- luciendo pezones. ¡Que sí, que sí! Que no entiende la ministra el porqué de la censura de los pezones de las mujeres en las redes sociales. Está en contra, totalmente, de que haya que pixelarlos, de que los tengan que censurar, mientras muestran los dos pechos. No lo entiende la ministra, que presume de tener colgado un cuadro -del que es autor un amigo suyo- en el salón de su casa de Galicia, en el que se pueden admirar un par de tetas. Tal cual. Pues, ala, que predique con ejemplo laYoli, que expectación sí que ha levantado. Aunque, es otra técnica comunista, además de la de los bulos, de distraer la atención con cortinas de humo. El caso Garzón está ahí y ni ella ni sus pezones van a distraer -un poquito, sí- al personal, esperando que el ministro comunista dimita o que lo defenestre elBandido Prepotente. Pero, me da que Garzón ni va a retractarse ni va a dimitir, y elPrepotente no tiene güevos para enfrentarse a sus socios comunistas, aunque, ojo, este se venga con néctar frío o se sentará a la puerta de su casa para verlo pasar, al cadáver del enemigo. Al tiempo.

Como los de laPeneUve, que también se marcaron su tiempo desmarcándose de las manifestaciones -doscientas en un fin de semana- en apoyo a los presos asesinos etarras. Como ahora tienen la custodia de las cárceles de las provincias vascas querían dar la imagen de neutrales. ¡Y una mierda! Se pensará elUrcuyu ese que la gente es tonta. Miren, no hace ni tres meses que elBandido Prepotente le concedió a laPeneUve -los que siempre traicionan- la facultad de administrar las cárceles y ya está Urcuyu soltando presos etarras. No sorprende nada; era lo previsto.

De hecho, ya hay al menos trece etarras que desde hace tiempo están disfrutando del Tercer Grado y otros tantos a punto están de ello. Lo que ha hecho Urcuyu -para quien los niños muertos en atentados de ETA fueron víctimas coyunturales- es calificar a los asesinos etarras como presos comunes y hacerles partícipes de todas las prerrogativas de la ley. Pero, que no se equivoque Urcuyu, porque no son presos comunes, son terroristas asesinos o asesinos terroristas y como a tales hay que considerarlos. No los puede comparar con un simple chorizo cuyo delito, acaso, es robar para comer y darle de comer a los suyos. 

La idea de Urcuyu -fíjense qué engaño- es que todos los presos en las cárceles vascas puedan cumplir sus penas en régimen abierto. ¡Qué bueno es, qué padrazo! Esa idea va referida, en principio, a los presos considerados comunes, pero al dar a los asesinos etarras la categoría de comunes estos también podrán disfrutar de regímenes abiertos. Pero hay más: el indecente presidente vasco ya tiene preparado un plan de reinserción para los asesinos de la banda con cursos de logística, atención sociosanitaria, cuidados a la dependencia o la artesanía. Hasta les buscará un pisito para cuando salgan de prisión, a no mucho tardar. Así se las ponían a Felipe II. A las víctimas, que les den, gracias a elBandido Prepotente.