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sábado, 3 de octubre de 2020

Miserable Marlaska

De nuevo, el ministro de Interior, Marlaska, ha vuelto a acercar más presos de la banda asesina ETA a prisiones de provincias cercanas a las vascas. Media docena; en concreto, esta semana pasada. Algunos de ellos con delitos de sangre. Es falso este ministro, el que fuera juez azote -decían- de los terroristas, al que se la colaron con el "caso Faisán" o nos quedó con él empantanados a todos. Dijo que no iba a trasladar a ningún preso etarra sin antes consultar con la asociaciones de víctimas del terrorismo. Mentira, y gorda. Ni se sabe ya a cuántos ha trasladado, incluso a prisiones de las mismas provincias norteñas, y con delitos de sangre. 

Ni anunció nada, ni negoció, ni consultó nada con las víctimas; encima, los trasladados ni se han arrepentido de sus asesinatos, ni han pedido perdón, ni colaboran con la Justicia para esclarecer más de trescientas muertes, de las que sus ejecutores están libres, ni resarcen económicamente a las víctimas. Este es el cantar de todos los días, que puede que agobie, pero que no conviene olvidar bajo ningún concepto. Ni tan siquiera cuando el Gobierno socialcomunista -con memoria histórica de años atrás y con amnesia de la historia actual, la más reciente- pretenda blanquear a la banda etarra o quiera poner en el mismo nivel a víctimas y verdugos.

La indignación entre las víctimas es más que evidente, y así lo han plasmado en el homenaje y premio internacional que el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha concedido a título póstumo al extinto periodista José María Calleja, que tanto apoyó y tanto expuso personalmente por las víctimas del terrorismo, cuando hacer esto era jugarse la vida a cada minuto, la suya y la de toda su familia. Covite ha pedido a Marlaska que no negocie con los terroristas, ni tan siquiera para que voten a favor de los socialcomunistas los Presupuestos Generales del Estado. La presidenta de Covite, Carmen Odóñez, ha recriminado también a Marlaska que los ejecutores de "nuestros familiares" tengan tanto protagonismo en la vida pública y mercadeen con las víctimas y exijan las excarcelaciones de los asesinos.

No ha asistido al acto el ministro Marlaska de manera directa, pero sí lo ha seguido telemáticamente. Incluso ha intervenido en el mismo, para decir nada en concreto. Pero, a lo más importante, las negociaciones con Bildu, no se ha referido en absoluto, por tanto, menos aún, se ha comprometido a no negociar con los terroristas, como lo viene haciendo hasta ahora el Godieno socialcomunista para obetener su apoyo en la aprobación de los Presupuestos.

Es falso, muy falso, ya digo, este ministro de Interior. Aprovecha siempre las circunstancias especiales que se dan en el país para acercar presos etarras a las provincias vascas y, muchos de ellos, no lo olvidemos, con delitos de sangre, con asesinatos. Los furibundos ataques de los ministros comunistas, el payaso y el analfabeto funcional, Garzón y el de Universidades, Castel, y las tensiones creadas entre los gobiernos autonómico de Madrid y el Central, de Sánchez, a cuenta de la "toma" de Madrid por el coronavirus, han sido los momentos elegidos por Marlaska para enviar al norte a otros seis asesinos etarras. 

Dentro de nada ya no lo podrá volver a hacer, porque, sencillamente, ya estarán todos cerca de sus casas, incluso algunos fuera ya de la prisión, con lo que el ministro Marlaska habrá concluido, por mandato y acuerdo con el presdiente Sánchez, las exigencias de los terroristas en el Congreso, con tal de que apoyen los Presupuestos. Desde luego, sí hay que ser miserable, como Sánchez y Marlaska, para negociar con los asesinos etarras, que mataron a muchos de sus compañeros socialistas.